En algo tan simple como hacer y comercializar un helado de naranja radica el éxito de Sa Fàbrica de Gelats y de Franz Kraus, su creador. Este maestro artesano del helado, economista y europeísta convencido, empezó en el sector trabajando en pequeñas fábricas de helado para financiarse los estudios. Lo hacía en su Alemania natal y después de estudiar en los Estados Unidos de América, en la Eastern Michigan University, se dedicó a trabajar en multinacionales de éxito del sector alimentario. "Procedo de una familia de empresarios, un aspecto que ha influido en mi carácter emprendedor", apunta.

Las vacaciones que pasó en Mallorca en el año 1990 cambiaron completamente el rumbo de su vida y se quedó a vivir en Sóller por amor a Gabi, su esposa, y a la ciudad que lo dejó maravillado. Cuatro años después de su llegada a la isla abrió Sa Fàbrica de Gelats, situada delante del Mercat de Sóller, y que este año cumple un cuarto de siglo de vida. Kraus explica que empezó con los helados de naranja, "algo tan simple, pero que no existía", y prosiguió con otros helados de cítricos de la Vall de Sóller, como los de limón y los de mandarina. Ahora bien, faltaba crear un estándar en el sabor y en la acidez del helado que ha conseguido satisfactoriamente. En este mismo establecimiento se ubicaba el obrador, un espacio que en 2017 se trasladó a Son Angelats (donde puede producir 7.000 litros de helado al día). Allí, también se encuentra su otra empresa, Fet a Sóller, que creó en 1996 para fabricar y comercializar nuevos productos alimentarios junto con el taller ocupacional Estel Nou y con la que complementan la fabricación de helados con la elaboración de mermeladas. "En este nuevo espacio podemos cumplir todas las normativas sanitarias vigentes, que no son pocas -puntualiza Kraus-, y también podemos velar de forma eficiente por la calidad del producto resultante".

Los helados, con un catálogo de 40 sabores diferentes, son todo un reclamo tanto en sus tiendas en Sóller, Port de Sóller y Palma, como en bares y restaurantes, y además se pueden encontrar en cadenas de alimentación como Eroski y en las tiendas Müller. De hecho, su botica de Palma se abrió hace poco en la Plaça de Cort. Pero las ganas de trabajar e innovar de Kraus no han parado ya que con Fet a Sóller exportan verdura al norte de Europa (como la tomàtiga de Ramellet, el pimentón Tap de Quartí o el pebre blanc), así como otros productos. Además, en 2016 empezó otro proyecto de plantación ecológica de cítricos, especialmente de aquellas variedades olvidadas como las naranjas Canoneta y Peret: "Es la primera plantación nueva de Canoneta en 40 años", explica orgulloso. Próximamente sacará al mercado sales de naranja y aceituna, siempre primando el sello ecológico. "La economía está ligada con el medio ambiente, pero siempre pongo por delante la agricultura y la ecología al dinero porque sin la primera no existe la segunda", remarca el empresario.

Franz Kraus saborea un helado de naranja ante la primera tienda que abrió. B. Font