Jugar con fuego es peligroso, también en lo referente a comida y bebidas. Un buen ejemplo se vivió hace unos días, cuando tres personas se quemaron gravemente con cócteles flambeados en un bar de Palma.

La coctelería flambeada es una técnica que se usa principalmente como espectáculo a nivel visual y también puede complementar el cóctel con el aroma que desprende la llamarada, por ejemplo, quemando un terrón de azúcar.

Rafa Martín, propietario y barman de Brassclub (Palma), es todo un referente en coctelería y explica que esta técnica aporta un toque de magia en la preparación del cóctel, para la que normalmente se suele usar un alcohol de alta graduación como Absenta o Stroh.

Aspectos a tener en cuenta

Martín apunta varios puntos a tener en cuenta, tanto para quien lo sirve como para quien lo bebe. El primero, es que quien lo sirva debe ser un profesional. "Hay empresarios que contratan mano de obra barata, que no saben lo que van a hacer realmente y que se limitan a imitar lo que han visto por Youtube sin pensar en el peligro que conlleva". Otra cuestión es controlar en todo momento lo que se va a hacer, aunque solo sea tirar unos polvos de canela -que crean un efecto de chispas- hasta saber controlar la llama del soplete.

Otro aspecto indispensable es evaluar el estado del cliente al que se le servirá el cóctel. "Si ves que la persona va demasiado contenta o borracha, no hay que servirle más bebidas". Martín también comenta que el barman también tiene que dar las indicaciones correctas cuando se tome el cóctel: "Nunca hay que tomar ningún cóctel con la llama viva y hay que esperar y controlar que el alcohol no esté caliente cuando se tome ya que te podrás quemar los labios y la garganta". Otro punto a tener en cuenta es que cerca de la llama no tiene que haber ninguna pieza de vestir y asegurarse que el cliente no lleve puesta ninguna con riesgo de incendiarse, incluso hay que estar atentos a la proximidad de cortinas y telas del local.

El hielo seco, otro elemento peligroso

Rafa Martín se lamenta que para el uso de estas técnicas arriesgadas no haga falta disponer de ninguna titulación, especialmente con las barbaridades que se hacen en núcleos turísticos como en s'Arenal o Magaluf, "es una suerte que no haya más accidentes. Hay gente que bebe chupitos flambeados con pajitas y la llama encendida, lo que es una barbaridad y un peligro muy grave", remarca.

Otro recurso habitual en coctelería es hielo seco del que advierte que "hay ser igual de cuidadoso que con el fuego". Se fabrica con una máquina expresa a partir de dióxido de carbono (CO2) y alcanza temperaturas entre -40 y -70 grados. Con el hielo seco se hacen cócteles con humos densos, muy visuales y atractivos, pero que entrañan un peligro: "Si no se advierte al consumidor y lo toca con los dedos unos segundos o se lo mete en la boca, puede quemarse de frío".

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