"Parece que tenía que acabar haciendo esto", dice Aina Candela mientras cuenta una de sus anécdotas familiares más especiales. Cuando habla de esto, se refiere a la joyería, artesanía a la que se acercó por curiosidad cuando se sacó las oposiciones de magisterio infantil. "Después de conseguirlo me dije a mí misma que tenía que hacer algo relacionado con el arte, porque siempre ha estado muy cerca de mi vida. En mi familia hay artistas, la mayoría músicos, y a mí me hubiera encantado estudiar Bellas Artes. Así que ese era mi momento". Se matriculó en la especialidad de joyería en la Escola de Disseny de las islas "por curiosidad". Aunque no ha acabado la formación, porque "compaginar mi trabajo como maestra por las mañanas con las clases de joyería por las tardes era muy difícil", se enamoró de la artesanía y montó un pequeño taller en su casa, en Bunyola, donde pasa la mayoría de sus ratos libres.

¿Y la anécdota? Así lo cuenta ella: "También me encantaba la pintura, y pinto, o la fotografía, pero en ese momento me llamó la atención la joyería. Cuando empecé vi que mi padre era muy crítico con algunas piezas, y yo le decía: y tu qué sabes. Hasta que un día me enseñó un llavero precioso y me dijo: lo he hecho yo. Aluciné. Y me explicó que él había estudiado joyería en La Massana, en Barcelona. Por la pieza que vi, él me da muchas vueltas en esto", explica sin perder la sonrisa. Parece que sí, que tenía que acabar haciendo joyas. Así que hace poco más de cinco años que nació Candela's Jewels, nombre con el que firma sus creaciones.

Aina trabaja por encargos porque hacer colecciones supone una inversión de tiempo que, trabajando a dos bandas, no tiene. "Estoy más que contenta con los encargos que tengo ahora mismo. No me puedo quejar". Quizás repite algunas piezas si alguien le pregunta por alguno de sus modelos, pero la artesana lo advierte: "Siempre digo que no quedarán igual porque lo hago todo a mano. Por eso son diseños únicos y exclusivos". Dice no tener un estilo muy definido, aunque sí que sabe lo que más le gusta hacer: "Disfruto mucho con el proceso de creación de piezas complicadas. Me gusta equivocarme y volver a intentarlo. Casi nunca quedo satisfecha con este tipo de piezas, pero son retos que me motivan mucha", comenta. Sin embargo, sus piezas se caracterizan por su simplicidad, elegancia y sencillez. "Lo minimalista es lo que más suele gustar", apunta.

Asegura que su profesión como maestra le apasiona y que "es totalmente vocacional". Pero le es imposible frenar esa parte más artística, que canaliza mayoritariamente con Candela's Jewels -y también viajando, pintando?-. Por eso, siempre está ligada a algún proyecto. En estos momentos, trabaja en el diseño de la nueva pulsera de la fundación Auba, la asociación de mujeres afectadas por el cáncer de mama. Porque la joyería, además de elegante, también puede ser comprometida.