Teresa Matas hace vida en un vergel que cuida con mimo: plantas, árboles, cerámicas, esculturas. Su estudio es el porche donde se reunía la familia. Ahora es el caparazón donde teje y pinta telas negras, testimonio de sus vivencias y las de sus contemporáneas. Natural, superviviente y autodidacta, con sustrato de Alejandra Pizarnik, Cindy Sherman, Louise Bourgeois, Doris Lessing... Trabaja bajo la supervisión de su tortuga Flora y una mariposa amarilla.

¿Qué clase de mascota es una tortuga?

Se ha convertido en un animal de compañía. Cuando mi hija tenía 12 años, compramos tortugas de Florida. Algunas se han ido muriendo y se quedó Flora. Hace más de 25 años que está con nosotros. Es una campeona. Ella tiene su espacio en esta casa: está en su acuario, en el jardín, en el rincón con sombra junto al ventanal de la cocina. Cuando estoy tras los fogones, ella asoma la cabeza para mirarme. Una vez al año sale de su acuario, como si se fuera de viaje. Cuando se va, siempre pienso que no volveré a encontrarla, pero aparece al cabo de unos cuantos días entre las plantas del jardín. Flora forma parte de este entorno al igual que los mirlos y las aves que vienen a dormir aquí.

¿Qué lección podríamos aprender de las tortugas?

El ritmo. Deberíamos frenar y llevar un ritmo más natural. Eso es algo que yo intento poner en práctica en mi vida. No corro para hacer una exposición, sino que dejo que suceda de manera natural, sin agobiarme. Las tortugas son sabias: llevan la casa encima y van buscando de manera natural lo que necesitan. En mi caso, las plantas son también un ejemplo de vida. Los seres humanos estamos hechos para estar en la naturaleza, pero nos hemos pasado con la velocidad. Vamos tan deprisa que no podemos disfrutar de los momentos. También nos han hecho creer que teniendo cada vez más cosas se nos iba a facilitar la vida, pero vemos que no es así. Con esta filosofía, está claro que estaban ganando unos pocos, porque al resto se nos ha complicado mucho. Por otra parte, creo que el campo se está perdiendo en la isla. La gente no cultiva en las fincas. Por eso pienso que las ayudas a la agricultura son muy necesarias. Hay gente con vocación que se ve obligada a dejar el campo porque no gana para vivir.

Este verano se ha desarticulado en la isla una red dedicada al tráfico de tortugas. Es un animal preciado.

¿Y hoy día con qué no se trafica? Cuando leí la noticia pensé en Flora. No entiendo la ambición basada en hacer daño a los demás, tampoco a los animales, para obtener tu propio bien.

¿Alguna vez ha hecho obra inspirada en animales?

Sí. Una vez. Esto nunca lo he contado. Lo hice en 2013, cuando se me rompió el tendón del hombro. Como no podía trabajar con la tela, me puse a dibujar a partir de una colección de animales del mundo. Y me puse a dibujar sobre papel negro y rotulador blanco cabezas de pájaros. Mi nieto pequeño de cuatro años les añadió las alas y los pies. Es un trabajo que nunca he expuesto.

¿Cuándo se mete en el caparazón?

Mi caparazón es mi estudio. En él estoy fantásticamente bien. Mi obra sale de mi respiración, de lo que siento y he sentido durante el día. Soy autodidacta, nunca he pertenecido a ningún grupo, por eso me alimento de lo que me rodea. Y no sé por qué pero llega un momento determinado del día que necesito parar y entrar en el estudio. Este mes de agosto estoy revisando lo que he hecho durante estos últimos cinco años. A veces hay que frenar para volver a empezar.

¿Está muy oscuro dentro del caparazón?

Sí. Pero para poder apreciar la luz, hay que entrar antes en la oscuridad.

¿Por eso en su obra todo es negro?

En realidad, son telas de colores pintadas de negro. Me he dado cuenta de lo importante que es la acción, como performance, de poner sobre mi mesa estas telas de color, que son textiles de hogar, y ver cómo las voy tapando de negro. Es como ir quitándole color a la vida. Y dejas un trozo colorido, pero acabas tapándolo de negro también. Ahora estoy trabajando y dándole vueltas a esta acción. Cubrir de negro está relacionado con lo que te comentaba antes sobre la vida.

¿Qué clase de animal es la mujer?

Un ave. La mujer está alzando el vuelo. Las aves lo ven todo desde arriba y bajan cuando quieren. Son libres.

¿El arte es un mundo reptiliano?

En el mundo del arte hay quienes se arrastran y quienes no. Como en otras profesiones, hay gente que se arrastra para conseguir cosas. Y que acepta ciertas servidumbres.