La finca Son Llompart sirvió de escenario ayerpara dar el pistoletazo de salida oficial a la vendimia 2018 de las bodegas Macià Batle. Como ya es tradicional, la bodega mallorquina celebró una merienda con sus amigos más cercanos en los que no faltó su vino.

Ramon Servalls, director de la bodega, explicó que hace unos días que se empezó a vendimiar la uva blanca, concretamente Chardonnay y Sauvignon, y que ahora toca el turno a la tinta Merlot y Callet. Servalls destacó que será una añada buena en número de kilos y que no habrá un descenso de producción como hubo el año anterior. "La calidad de la uva será muy buena", apuntó, "si bien es cierto que este año se ha notado una rebaja del grado de alcohol" -un hecho normal si se tienen en cuenta las lluvias no habituales que ha habido en los meses de julio y agosto-. Servalls comentó que también se confía en que las variedades más tardías, las que todavía están madurando, aportarán estos grados de alcochol que faltan a éstas primeras.

Macià Batle, que forma parte de la indicación geográfica Vi de la Terra Mallorca, cuenta con 100 hectáreas de viña y espera llegar este 2018 a los 700.000 litros, aproximadamente un millón de botellas.

La cita contó con la participación de la propiedad de la bodega, encabezada por Sebastià Rubí, y en la que no faltó la animación musical de la mano del grupo de habaneras Ben Trempats.