"Tardeo, postureo y un poco de cabreo", resumía la polémica un lector por el fenómeno de ocio que ha convertido el barrio de Santa Catalina en un auténtico hervidero de público a una hora muy temprana.

"Es una vergüenza lo que estamos viviendo todas las tardes de los sábados porque no tienen respeto a nada ni a nadie", se quejaban los vecinos de la zona, a la vez que celebraban la vigilancia policial. Otros pedían tajantes: "Que lo quiten", porque "el barrio está muy tranquilo hasta que llega el fin de semana con los cuatro borrachos de turno que tienen que dar la nota y romper las cosas de la gente que vivimos aquí. Una manada de sinvergüenzas", afirmaban indignados.

"Donde hay un poco de vida, puntualmente sale el vecino de turno", se quejaban los partidarios de permitir esta fiesta que comenzó como el vermut en algunos de los puestos de comida del mercado y ha desembocado en un remedo de ´botellón´.

Más conciliador se manifestaba otro internauta destacando que "hay que entender a las dos partes, la gente que quiere divertirse y los vecinos que quieren tranquilidad".

La sorpresa la dio esta semana Esperança Camps presentando su dimisión en una rueda de prensa en la que atacó duramente a Més y a su equipo en Cultura. Si bien su relevo ya estaba anunciado, tal y como publicó Diario de Mallorca, los lectores no esperaban que se desquitara así al marcharse. "Ya empezamos, y todavía no llevan ni un año. Todos por los pelos", se lamentaban muchos.

La ecotasa desató el debate una vez más, en esta ocasión por la defensa de un impuesto turístico en el año 1998 de Inmaculada Benito, hoy presidenta de la Federación Hotelera de Mallorca, que actualmente se opone a este tributo. "Por la boca muere el pez", suspiraba un lector ante "la maldición de la hemeroteca", mientras otro comentaba: "Yo cuando iba a la universidad era de izquierdas y con 51 años soy más de derechas que el PP, ¿no le ha pasado a nadie o qué?".

Y en la plana de sucesos, el hombre asesinado a puñaladas por su mujer en Cala Millor consternó a los lectores: "Maldad y locura, la enfermedad que mata y destruye. Da igual el género, color o ideología... Triste", se apenaban.