­Paco de Lucía encontró en Mallorca su paraíso particular y ahora la isla le corresponde con un reconocimiento a título póstumo. Así, el Consell aprobó ayer declarar al guitarrista que residía en Establiments hijo adoptivo de Mallorca.

De Lucía falleció el pasado 25 de febrero en México, Cancún, de un infarto. Dejó sin editar un disco grabado en su estudio de Establiments titulado Canción andaluza, un trabajo que salió a la venta el pasado 29 de abril y que recoge la banda sonora de su vida, marcada por la copla española. Hasta la isla viajaron para grabar junto a él Estrella Morente, Óscar D´León y Parrita, a fin de poner las voces a tres temas que no son instrumentales.

Su querencia por Mallorca comenzó en los setenta, cuando el guitarrista venía de vacaciones a visitar a los amigos que tenía en la isla. Por entonces, el artista reconocía que prefería Eivissa, hasta que en 2002 el médico Bernat Montserrat le invitó a pasar una temporada en una vivienda en s´Horta. La estancia, alejada de los flashes y del mundanal ruido, le animó a adquirir, años más tarde, en concreto en 2005, una casa en Campos, donde se instaló con su segunda mujer, Gabriela Canseco, y su hija Antonia. El nacimiento del segundo hijo de su segundo matrimonio -Diego- ya se produjo en la isla. El bautizo se celebró en Binicomprat. En Campos, De Lucía tenía olivos y prensó su propio aceite. La mudanza a Palma llegó en 2009. El artista y su familia se trasladaron a Ciutat en 2009, a una amplia y aislada finca de Establiments, donde ordenó construir un estudio de grabación, del que se encargó Toni Noguera, el asesor técnico del genio en la isla.

Alejado de los focos y de la vida social isleña, De Lucía frecuentaba los toros, practicaba pesca submarina y frecuentaba a sus amistades, con las que salía a comer pescado a menudo. En 2007, durante el Govern de Antich, fue el abanderado de la promoción turística de las islas estrenándose en la World Travel Market. Allí declaró que la "construcción masificada" de Mallorca le parecía una "barbaridad" y que en la isla había encontrado "la felicidad" y su "paraíso particular".

A su compromiso con la naturaleza, hay que sumarle el apoyo que mostró al Liceo Francés de Palma hace un año y medio ante su inminente cierre. De Lucía escribió una carta en la que solicitaba la continuidad del centro. La clausura, confesaba el maestro en la misiva, le afectaba directamente dado que sus hijos Antonia y Diego habían estudiado siempre en el centro galo ubicado en el barrio de Son Armadans. "Desde que llegamos a Mallorca, el pequeño rincón del Liceo ha sido un lugar lleno de magia para mis hijos, porque allí han aprendido a leer, a escribir, a pensar en diferentes lenguas, a relacionarse con diferentes culturas, religiones y razas, a rasguear por primera vez las cuerdas de una guitarra tras las clases...", relataba De Lucía en la carta. El artista algecireño, que colaboró con Carlos Santana, Al Di Meola, John McLaughlin, Camarón o Tomatito, entre otros, siempre llevó a Mallorca en su corazón.