Molière en bicicleta Philippe Le Guay (Francia, 104 min.) *** Intérpretes: Lambert Wilson, Fabrice Luchini, Maya Sansa. Cines: Augusta, CineCiutat.

El planteamiento es similar al de La venus de las pieles: utilizar una obra clásica como esqueleto y mostrar su vigencia, acercarla al tiempo y las inquietudes presentes, jugando con la cuarta pared. Si Polanski fue muy purista, encerrando a la pareja protagonista en un teatro, en un mano a mano puro, Philippe Le Guay (director) y Fabrice Luchini (actor y coguionista) son más laxos, intentan contentar a sibaritas y al público mayoritario.

La excusa argumental es que un exitoso actor (Wilson) acude a ver a otro retirado (Luchini) a una localidad turística del norte de Francia para convencerle de representar El Misántropo juntos. El anfitrión se hace el remolón y fuerza a su amigo a quedarse unos días y ensayar la obra. Este primer tramo del filme, con los ensayos improvisados y las conversaciones intermedias, está muy logrado. Muestra, con buen ritmo y unos diálogos muy vivos, cómo son los personajes actuales (el agraciado físicamente frente al talento puro) y las contradicciones de ambos (la vanidad y ambivalente relación con los fans de Wilson, el victimismo de Luchini). Sin embargo la película abandona poco a poco el clásico y deriva hacia una comedia costumbrista. Abuso de estereotipos (la vecina italiana con mucho genio, la jovencita que quiere ser actriz porno...), excusas para salir a pasear como recompensa a la subvención de la oficina de turismo local, y final burdo y previsible. Con todo, no deja mal sabor de boca. Aunque lejos de la excelencia de La venus de las pieles, entretiene y confirma que a los clásicos, prácticamente todos, se les puede dar un giro novedoso y contemporáneo.