16 domingo, alfombra roja

Señor González Macho, hágame el favor. No salgo de mi asombro. La Academia Española del Cine no sólo descolgó de sus nominaciones a Sonia Monroy sino que no ha tenido a bien ni tender su alfombra roja a los pies de María José Cantudo. La Cantudo, como mito viviente que es, no se indigna por ella, por su boquita de piñón habla una generación entera de mitos ya no vivientes. "No pido que me lo den a mí, pero creo que grandes artistas españolas como Sara Montiel o Gracita Morales deberían haber recibido un Goya". En Telecinco -cómo son- le entregaron un goya de los chinos. "Si algún día hubiese recibido el Goya lo dedicaría a todos los actores que se han ido y no lo han llegado a tener", declaró la actriz moqueando durante su discurso, como las grandes. Señores de la academia, no importa, sigan llamando ustedes a esas jovencitas de tres al cuarto. María José ya tiene el reconocimiento de Vasile. Y el de la casa real. "Conocí a la princesa Letizia y me pareció encantadora", cuenta. Un día coincidió con ella, "vino hacía mí y me saludó muy cariñosamente". Como a Belén Esteban. La realeza siempre con el pueblo, y sus estrellas.

17 lunes príncipes y biólogas

En la ficción (y quizá también en la vida real) fueron el príncipe y la corista, pero ahora los príncipes se enamoran de las periodistas. Siguiendo la estela de Felipe y Letizia, Amadeo de Bélgica acaba de anunciar su boda con una y Pierre Casiraghi sale con otra. Ana Obregón vive en Miami, por su hijo, pero salta el charco con una frecuencia pasmosa. Hasta para ver los desfiles de moda en Madrid coge un avión a toda prisa. Dice Ana que "cuando los diseñadores te visten, te sientes como Cenicienta". Ella no es periodista, lástima, pero estuvo a un tris de subirse a una calabaza. Cuenta que el príncipe monegasco la pretendió. Si Ana hubiese querido, los príncipes no se casarían con periodistas, ni nadadoras, sino con biólogas. Y el cuento tendría otro final.

18 martes JR

Es cortés pero va al grano. En asuntos de ligoteo Julián Contreras Jr. es así, a decir de las usuarias de un chiringuito de citas a ciegas internauta y chic. Julián se ha abierto perfil en una aplicación buscaparejas. Hay quien se extraña, viniendo de la familia de raza que viene, siendo como es hijo de Carmina Ordoñez y hermano de los Rivera, Francisco, Cayetano e incluso Kiko, que ahí donde lo ven arrasa. Ninguno de ellos recurrió a las nuevas tecnologías para estas cuestiones, fueron más del método tradicional. Pero Julián lo explica: estamos en 2014 y a él no le van los saraos nocturnos. En la foto del perfil exhibe, eso sí, trabajados músculos. Y es cortés, y 2.0, pero al final va al grano.

19 miércoles, el apartamento

Si dices apartamento de soltero piensas en Billy Wilder. Si apuntas al barrio de Salamanca, te acuerdas de Carmen Lomana. Pero si te refieres a un pisito cuco en lo más pijo de Madrid con una terraza consagrada a la Virgen de la ecuación sólo puede resultar Tamara Falcó. La hijísima de Isabel Preysler se ha mudado otra vez. Ha cambiado el ático ideal de la muerte en el que se independizó por otro en la misma zona pero más chiquito. Ciento veinte metros cuadrados de nada, una gatera como quien dice. La hija del marqués de Griñón ha presentado su nidito donde siempre, en su revista de cabecera, el álbum familiar, como ella misma bautizó la publicación en un alarde de sinceridad naïf. Desde portada confiesa que su rincón preferido no es el amplio vestidor de Ikea (detalle de austeridad) sino la terraza, con vistas a la iglesia de la Concepción y al parque del Retiro, y que ha dedicado a la Virgen María de acuerdo al nuevo rumbo de su vida. Mamá de esto de que la niña levante altares entre bambús y diseño escandinavo no dice nada; con lo que no comulga, como toda madre que se precie, es con que su hija "tire" el dinero en alquileres en lugar de invertir en futuro y bienes inmuebles. A falta de marido.

20 jueves, campanarios

Un campanario o campanil es un edificio, estructura o torre construida adosada o exenta a una basílica, catedral, iglesia, capilla o edificio público civil donde se colocan las campanas. Es una metáfora. María José Campanario es una torre. Si es adosada (a Jesulín) o exenta, con personalidad mediática propia, lo dejo a su elección. Una atalaya sobre altísimos tacones. Pablo Motos, que la recibió con honores en El Hormiguero (torres más altas han caído) se sacudió complejos: "Es la primera vez que me pongo al lado de alguien más chiquito que yo". Un baluarte que ha soportado las acometidas del cotilleo, la ex de su marido y hasta la justicia. De la confesión escatológica que le hizo a Motos no diré nada. Por no bajarla del torreón.

21 viernes, Cayetana, reina de Escocia

Son estuardos bastardos. Disculpen, no estoy faltando a nadie. Lo ha dicho el propio descendiente, Cayetano Martínez de Irujo. "No creo que mi madre llegue a reinar nunca en Escocia -asegura-. Para empezar, nosotros procedemos de la rama bastarda de los Stuart, de ahí lo de Fitz-James, que era cómo se denominó a los Stuart procedentes de los hijos nacidos fuera del matrimonio". La candidatura la ha lanzado un tabloide británico. Postula a nuestra duquesa para la futurible corona de unas Highlands independientes. Es mala leche inglesa, no me digan, porque es sabido que Cayetana es amiga de toda la vida de Isabel II y porque ya tiene 87 años. Me dirán que de la misma quinta es la susodicha, sí, pero está mejor de salud y ya está instalada en su reino y coronada mientras a la nuestra habría que trasladarla e imponerle una tiara XXL para tanto rizo. Cayetano dice que no, pero algo hay. Porque cuenta que durante un viaje de la duquesa a Escocia, él le encargó un kilt (traje tradicional) rojo. El sastre le aclaró que ese color estaba reservado a la casa real y entonces ella exhibió títulos, el sastre se cuadró y dijo: "Usted es nuestra reina". Y de paso Alfonso, monarca consorte, como "el último rey de Escocia", pero blanco.