Luz Cabal es una artista inflamable. Guiada por la energía renovable, sirve en cada canción un pronunciamiento escrito desde la carretera de Cormac McCarthy. Amaestró la enfermedad para que el tiempo de paso acentuara su perfil griego. Envasada a gran presión, aporta la respiración musical del cambio de milenio porque nunca se dejó esclavizar por su época. Trocó los balidos de Almodóvar en ayes desgarradores, rockeros y rocieros. La herida abierta de cada canción.