Como ya es tradición en estas fechas navideñas, la Capella Mallorquina celebró ayer en la iglesia de Santa Eulàlia su Festa de la Sibil·la, que se representa desde el año 1966 y que congrega a numeroso público. Bajo la batuta de José María Moreno, el concierto consiste en una "paraliturgia", que incluye una "escenificación que ambienta a la perfección esta hermosa música tan propia de nuestra historia", especifica la agrupación.

La primera parte de la celebración simboliza el Adviento, por ello, el coro entonó antiguas cantinelas medievales. Así, el público pudo disfrutar de varias piezas compuestas por el polifonista Tomás Luis de Victoria, que se alternaron con cantos medievales, sermones infantiles y lecturas proféticas. Acto seguido, la soprano solista de la Capella Mallorquina, Cristina Van Roy, espada en mano y representando a la profeta de Eritrea, entonó el canto ancestral mientras que los coristas de la agrupación se encargaron de poner voz a los interludios de la Sibil·la. Los asistentes a la fiesta pudieron escuchar también los interludios del órgano, que fueron interpretados por Bartomeu Veny. Una vez entonado el canto medieval, repicaron las campanas y se iluminó toda la iglesia mientras sonó la trompetería como símbolo del fin del Antiguo Testamento y la llegada del Mesías en la noche de Navidad. En este momento, una procesión infantil representó la ofrenda de pastores a una nacimiento viviente interpretado también por niños.

La Festa de la Sibil·la concluyó con el canto de tradicionales villancicos. Así, los coristas de la Capella Mallorquina entonaron Adeste Fideles, Noël o Santa Nit, entre otros.