-Para que se haga cargo del tipo de entrevista: "¿Cuándo pasó de Blancanieves a madrastra?"

-Ja, ja. A ver, con la edad se pasa por narices. Hoy en Amantes no sería Trini sino Luisa, ya nunca podría interpretar a Blancanieves. Soy una madrastrona. Afortunadamente, porque quién querría quedarse para siempre con trenzas y coletas.

-¿´Blancanieves´ demuestra que en las otras películas se habla demasiado?

-Demuestra que las palabras son importantes según lo que tengas que expresar. Con gestos se puede decir todo, Blancanieves se entendería perfectamente sin intercalar las líneas de diálogo.

-Es maravilloso no tener que estudiar un papel.

-Si me dices que todas las películas van a ser mudas a partir de ahora, te pregunto dónde hay que firmar. Ahora bien, mi personaje habla, lo puede comprobar un lector de labios. Tuve que aprenderme los diálogos.

-¿Qué sintió al ver ´The artist´?

-Cómo me gustó, me encanta esa película.

-¿´The artist´ chafó a ´Blancanieves´?

-Fue un palo tremendo. El director de Blancanieves llevaba nueve años en el proyecto, y yo siete. De repente, sale otra película muda y en blanco y negro. Sin embargo, el éxito de The Artist ha acabado por ayudarnos, ha surgido un nuevo género.

-Otro viaje a la España negra.

-Al ser un director de Bilbao, no se ha detenido en lo obvio español. Ha sido más preciosista y elitista, sin los típicos tópicos.

-¿Podría ser tan mala como la madrastra?

-Sería incapaz, no entiendo cómo personas así logran dormir con la conciencia tranquila. No me gusta la gente mala.

-¿Alguna vez se olvida de sí misma?

-Nunca me olvido de que soy una actriz interpretando un papel. En esta profesión se trata de engañar lo mejor posible, con la honestidad más absoluta, por lo que no se me va la cabeza ni aplico técnicas.

-Estrena ´Fin´, una buena novela que da miedo.

-Hay momentos... ufff, bastante inquietantes. Leía el guión en el tren y me decía, "ya ha desaparecido otro". Te mantiene en vilo.

-Sin desvelar el final de ´Fin´, ¿usted lo entiende?

-No, quién lo entiende. No podría imaginar un mundo en el que desaparecen todos. La vida tiene que seguir, con seres humanos.

-En ´Fin´ vamos a sufrir más que en ´El laberinto del fauno´.

-No, porque en pocas películas lo he pasado tan mal como en El laberinto del fauno. Se debe a que transcurre en una parte muy marcada de la historia de este país, lo cual la hace más estremecedora. Fin se adentra en lo desconocido, es la nada, bordea lo apocalíptico y paranormal.

-A Mallorca trae ´El tipo de al lado´, no sé si en la entrevista cabrán todos sus trabajos en curso.

-Ya sólo falta la nueva película de Gracia Querejeta. El tipo de al lado es una obra amable, que los espectadores nos agradecen como un regalo en los tiempos que corren.

-En ´El tipo de al lado´, la mujer es la persona inteligente que lee a Schopenhauer, como en la vida misma.

-En absoluto, hay una inteligencia emocional que te ayuda a sobrevivir, con personas que no han tenido oportunidades pero a quienes la vida se lo ha dado todo, grandes sabios en pueblos y pequeñas ciudades. Y también he conocido a individuos inteligentísimos que no hay quien los aguante en una cena.

-Pudo haber girado indefinidamente con ´Un dios salvaje´, ¿era fácil odiar a sus compañeros en cada función?

-Cómo me habría gustado continuar, qué felices éramos. No nos peleábamos, éramos unos mentirosos estupendos.

-¿Hemos visto alguna parte de su cuerpo que hoy no enseñaría?

-¿Qué os pensáis, que lo habíais visto todo? Ni de coña.

-¿Un Goya de siete nominaciones significa que le tienen envidia?

-Uno de ocho, imagínate. El Goya es un deseo hecho realidad. Lo conseguí a la quinta, espero que el segundo no se retrase muchos años más. Cuando estrenemos en Palma ya conoceremos las nominaciones de Blancanieves.

-Es miembro de la Academia de Hollywood, ¿votará por sí misma?

-Te envían películas y papeletas y podría hacerlo, igual que en la academia española. Por supuesto que me he votado en los goyas.

-¿Quién creó a Maribel Verdú?

-Mi madre y mi padre, nadie más que ellos. He crecido con la vida y con sus oportunidades.

-¿En quién cree Maribel Verdú?

-En muchas cosas, pero siempre con cara y ojos. Lo abstracto y metafísico no va conmigo. Soy terrenal, y necesito palpar.