Situado entre Llucmajor y Algaida. Según la leyenda, los habitantes de la zona sufrían los ataques y las continuas burlas de las brujas que habitaban en él. La leyenda dice que volaban a cientos hasta el carro de quien pasara por ahí, impidiendo que se movieran, atascando el vehículo sin que el pobre vecino pudiera saber porqué no se movía. La situación llegó a oídos del Rey Jaume, quien se dispuso a echarlas del pico. Se hizo acompañar por dos sacerdotes y un monaguillo y subió hasta la cima. Las brujas se espantaron al verles llegar y, sigue la historia, cuando el rey plantó una cruz en la cima se fueron para siempre de allí.