Como en tantos otros casos, este musical que ahora nos traen en vivo (titulado originariamente El sonido de la música; pero cualquiera le cambia el nombre, a estas alturas) fue un espectáculo antes de ser una película, pero es por la versión cinematográfica (un clásico del género, realizado en 1965 por Robert Wise, con Julie Andrews y Christopher Plummer) por la que lo conoce casi todo el mundo. Existen, por tanto, dos tipos posibles de espectadores: aquellos para quienes, por razones generacionales (como es mi caso), la historia del capitán Von Trapp y su familia en la Austria de 1938 forma parte de la mitología personal, y aquellos que, simplemente, desean asistir a una representación entretenida y bien facturada, y ésta lo es.

Encontramos, ciertamente, algunas diferencias significativas entre los contenidos del largometraje y los de esta puesta en escena (por ejemplo: la traducción española de las canciones). Pero de lo que aquí se trata es de conseguir una función con la espectacularidad y los medios que requiere el género, y en este sentido, Sonrisas y lágrimas (como otros musicales que, afortunadamente, nos van llegando a Mallorca) cuenta con las condiciones necesarias, constituyendo una representación de tres horas, con orquesta en vivo e intérpretes que cantan, bailan y actúan (aunque esta última faceta no resulte tan redonda en ciertos aspectos; como ocurre, asimismo, con el espacio escénico, sobre todo en determinados momentos).

Lógica, por tanto, la respuesta de los espectadores, que el jueves llenaron la inmensa Sala Magna. Y que aplaudieron en pie, al finalizar el espectáculo.

Sonrisas y lágrimas

AUDITÒRIUM (PALMA)

Autores: Howard Lindsay y Russel

Crouse. Canciones: Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II. Dirección: Jaime Azpilicueta. Intérpretes: Silvia Luchetti, Carlos J. Benito, Noemi Mazoi, Loreto Valverde, Jorge Lucas, Yolanda García... Escenografía: Ricardo Sánchez Cuerda. Vestuario: Gabriela Salaverri. Iluminación: Carlos Torrijos. Coreografía: Federico Barrios. Dirección musical: Julio Awad.