Susy Gómez, una de las artistas mallorquinas más internacionales, la que interactúa siempre con el espacio que le rodea, la que necesita ser sobre todo ella, la que ha convertido su cuerpo en expresión artística, también tiene un rincón que permanece en su memoria y aparece en los momentos de necesidad: cala Sant Vicenç de Pollença, su refugio.

-¿Qué es para usted cala Sant Vicenç?

- Es la idea del origen, y en el origen está todo. La idea del silencio y en este origen mismo la vida deja de ser dramática. Cuando nace un niño es un acto dramático y desde la cala esto lo lees como un acto más de la vida, en el que no hay frivolidad ?

-¿Qué queda del Sant Vicenç de cuando era niña?

-La cala forma parte de mí, es indisoluble. Creo que si me miraran por un microscopio estaría hecha de recuerdos fosilizados.

-De la artista reconocida, madre y mujer que es ahora, ¿ha cambiado algo?

-Son diferentes etapas de una vida. Ahora veo todo lo que me ha aportado aquella niña, la que me enseñó a jugar. Soy la que aprendió a desenvolverse en un paisaje que tiene capacidad de sorpresa y de espera, que cambia y sorprende a diario, sin los ingredientes que después la vida te va aportando.

-Cuando ve a Uma, su hija, ¿qué siente?

-La siento como una desmaterialización de mí misma.

-¿Cómo es un día en su territorio?

-Te despiertas, comes?Cuando lo haces en un sitio que conoces desde siempre, todas las etapas de la vida se superponen y, claro, cada momento lo vives como una celebración de los diferentes momentos vividos. Aquí está la Susy de la infancia, de la adolescencia, de cuando uno regresa casado o ya con hijos. A lo largo del día todos estos ingredientes toman protagonismo. Y la vida mediterránea al lado del mar te da mucho tiempo. Hay muchos momentos para todo. Momentos para catalizar cosas. Coges un papel y escribes, o preparas la comida.

-¿Para usted es lo mismo escribir que preparar el almuerzo?

-Absolutamente, creo que todos nuestros gestos están hechos de los mismos ingredientes y los vas mezclando de diferente forma sin dejar de ser tú mismo.

-¿Incluso en los momentos más íntimos?

-Precisamente en éstos uno se da cuenta de las metáforas de la propia vida.

-La gente se va de vacaciones para desconectar. ¿Puede usted aquí?

-Aquí cargo la energía de mis antepasados. Un pájaro descansa mejor en su árbol genealógico. Creo que es importante no perder las raíces, el contacto con la tierra o con lo primitivo de cada uno.

- Viaja mucho, ¿cuál es su espíritu en el momento del regreso?

- Sant Vicenç es un sitio muy instintivo, salvaje, y cuando llegas te pone en cuestion, contra la pared, te canta las cuarenta.