Una nave en Portocolom reúne más de una docena de embarcaciones tradicionales mallorquinas, de gran valor histórico y etnológico, en lo que constituye un embrión de futuro museo marítimo. Llaüts de pesca, diferentes tipos de botes (pasteres, gussis, bots d´escars y lanxeta felanitxera), maquinaria y velas, incluso alguna pastera utilizada por los buzos del puerto de Palma. Éste es parte del trabajo desarrollado durante años por la Associació d´Amics del Museu Marítim, que las ha salvado del desguace y del olvido.

La Unión Europea subvenciona el desguace de las naves como parte de los incentivos al abandono de la pesca. Muchas embarcaciones tradicionales de Balears, realizadas con madera, cuentan, sin embargo, con un valor mucho más allá del comercial. Un ejemplo fue La Balear, declarada Bien de Interés Cultural y que es propiedad del Consell.

Según la presidenta de la asociación, Hortensia Blanco, haber reunido todo este material "no supone un problema de acumulación, sino de difusión y gestión, porque queremos que todas las embarcaciones dispongan de una entrada y una salida, lograr un nuevo uso para ellas". Como ejemplos, el de la barca Virgen de Fátima, que será cedida al Parque Nacional de Cabrera para su museo etnológico. Otra embarcación se desplazará a Catalunya.

En lo que va de año, "ya se han aceptado cuatro donaciones más. El mayor problema es decidir qué se admite, y tener una serie de criterios claros para ver qué modelos deben ser preservados".

En los próximos meses, se quiere lograr la recuperación de cuatro barcas. Dos de ellas, a través de un convenio de colaboración con la Escola de Mestres d´Aixa del Consell.

Se trata del Alzina, un llaüt construido en los años 30, y que fue uno de los símbolos del pabellón de Balears en la Expo de Sevilla de 1992, y del Port Blau, un laúd de los años cuarenta que conserva las líneas de agua típicas de los modelos más antiguos. La propiedad es del Ayuntamiento de Felanitx, que cedió el uso a la asociación.

También se han presentado proyectos a este ayuntamiento para crear en Portocolom una Escuela de Marina Tradicional, para el cual se ofrece un bot d´escar, el Semar, y un llaüt, el Sem, con un presupuesto de rehabilitación que suma 8.000 euros, así como la organización de talleres de navegación para padres y niños a partir de ocho años.

Por otro lado, se plantea la creación de un barca-club, usando el Alzina y el Port Blau, para fomentar la navegación de recreo y la vela latina. Pero estas dos iniciativas son aún proyectos.

De hecho, Blanco señala que la situación del patrimonio marítimo balear "es mala, porque aún existe mucho desconocimiento de su valor. Además, el encarecimiento de amarres hace que la situación para los propietarios sea complicada".

Reserva de amarres

El secretario de la entidad, Pep Massot, también es de la opinión que "la actualidad no permite ser optimista" y estima que "se deberían tomar medidas legales para establecer reservas de amarres para embarcaciones tradicionales en espacios como puertos, puertos deportivos y clubs náuticos. La marina tradicional puede tener futuro, pero se tiene que hacer más".

En cualquier caso, la portavoz de la Associació d´Amics del Museu Marítim apunta que "los años venideros son la última ocasión que tendremos para proteger lo que podamos".

"Hay que concienciar del valor de estas embarcaciones para la isla. Primero, porque supone conservar una determinada cultura marinera. También constituyen un ejemplo de marina popular, muy alejado del concepto que se promociona en la actualidad de la náutica como algo elitista", recalca Pep Massot.

La asociación quiere incentivar la participación privada en los proyectos de restauración. Por otro lado, se ha entrado en contacto con el Ayuntamiento de Palma para solicitar la cesión de las Coves de Bellver como nuevo depósito de embarcaciones tradicionales.