Los conflictos que se desarrollan en distintos países del mundo y la crisis alimentaria mundial hacen que la lactancia materna sea más importante que nunca, aseguran la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la agencia de Naciones Unidas para la infancia, Unicef.

Durante esta semana se ha celebrado la Semana Mundial de la Lactancia Materna, consagrada a sensibilizar a gobiernos y comunidades sobre los múltiples beneficios de ese modo de alimentación del recién nacido, que son bien conocidos y están científicamente probados.

A pesar de ello, menos de la mitad de los recién nacidos son alimentados por sus madres en la primera hora de vida y sólo el 44% de bebés son alimentados exclusivamente con leche materna en sus primeros seis meses de vida, mientras que el resto queda más vulnerable frente a diversas enfermedades y a la muerte.

En una declaración conjunta, la OMS y Unicef han señalado que en el actual contexto de crisis alimentaria, la lactancia materna se ha vuelto fundamental como fuente de nutrientes de millones de bebés y niños, además de ofrecerles defensas inmunitarias.

«La lactancia materna funciona como la primera vacuna del bebé, protegiéndolo de las enfermedades infantiles más comunes», señalaron.

Programas de lactancia

Ante todas las evidencias de sus grandes beneficios, ambos organismos han pedido a los gobiernos que asignen más recursos a promover los programas de lactancia materna, en particular, los dirigidos a las familias más vulnerables.

También les ha pedido que protejan al personal sanitario de la «influencia carente de ética» de la industria de la leche de fórmula, que se esfuerza por hacer creer a las embarazadas y madres que su producto es igual o superior a la leche materna sin constrastar la información recibida. 

Alertan de la caída de la lactancia por la pandemia  

La Asociación Española de Pediatría (AEP) ha alertado de la caída de las tasas de lactancia materna por la pandemia de covid pese a sus beneficios, como son la protección al bebé contra enfermedades, la reducción del riesgo de la madre de padecer cáncer y el ahorro que supone para las familias. Para la AEP, la falta de personal de apoyo a la lactancia materna por enfermedad, que ha provocado que, en algunos casos, las tareas se trasladaran a otro personal no capacitado, unido a las normas de distanciamiento físico -algunos países optaron por separar a los bebés de sus madres y desalentar la lactancia cuando se sospechaba la presencia de covid-, explican la caída a nivel mundial. Además, apuestan por fomentar la creación y la ampliación de los grupos de apoyo a la lactancia materna para promover la salud.