Fútbol

La opinión de Gabriel Forteza: Colorín, colorado, este cuento se ha acabado

Javi Llabrés pasa el balón durante el partido.

Javi Llabrés pasa el balón durante el partido. / rcdmallorca

Minutos 90 y 92 de partido. Muriqi y Maffeo, con sus goles, remontan el partido y en ambas ocasiones todo el equipo se va a celebrarlo con el entrenador Javier Aguirre al banquillo.

¿Pero no había mayoría en el vestuario hartos de Aguirre? ¿en qué quedamos? ¿o es que celebran que se va?

En fin, me parece el gesto más importante del partido y de los últimos tiempos en el Real Mallorca, independientemente de que sea pensado o espontáneo, mejor lo segundo y si no, nadie les obligaba a hacerlo. Lo cierto es que la temporada acaba con una victoria, con Muriqi de máximo goleador, con Cuéllar en la portería y con el deber cumplido, es decir, la permanencia en el bolsillo con mayor o menor sufrimiento y una final de copa del Rey en los archivos.

Así acaba Aguirre su trayectoria como entrenador mallorquinista. Ahora, a no mucho tardar, ya estaremos dando la tabarra con los que acaban contrato, los que se quieren ir, los que continuarán y, sobre todo, con los nuevos que puedan ir llegando. Es ley de vida en el fútbol y en la información deportiva.

Bien está lo que bien acaba. Seguramente la remontada tuvo un porcentaje de causa en el susto del portero del Getafe David Soria y su choque fortuito con Larin. La presencia de una ambulancia sobre el terreno de juego durante un cuarto de hora siempre acongoja. Por suerte, no pasó nada grave. Ahora es tiempo de resaca de temporada, análisis y valoraciones, y pronto aparecerán las nuevas ilusiones. En eso, tiene tarea el club. A partir de ahora el que juega se llama Ortells, el máximo responsable deportivo de la entidad. Y lo contaremos.