Opinión

Entre palos y Rajkovic, Rüdiger

Gio intenta frenar a Brahim en el partido disputado en el Bernabéu.

Gio intenta frenar a Brahim en el partido disputado en el Bernabéu. / Efe

Seguramente habrá quien apunte a aquello de la derrota digna tras caer por 1 a 0 en el campo del Real Madrid, líder, cuando te presentas en plena lucha por la resistencia. El argumento es válido, claro, pero da mucha rabia. El partido iba camino del empate a cero gracias a las intervenciones de los palos en la portería del Real Madrid (dos veces, con Antonio Sánchez y Samú Costa como protagonistas) y a las de Rajkovic en la portería del Mallorca evitando con dos intervenciones estelares que lo que hizo Rüdiger en el 77’ no lo consiguieran antes Vinicius y Rodrygo.   

            Perder así da rabia, pero la falta de puntería penaliza. Y si lo de la derrota digna es una frase hecha en el mundo del fútbol, no lo es menos aquella que apunta que el que perdona, paga. Se rompe la racha de cinco partidos seguidos sin perder y se abre una puerta a la esperanza si añadimos la tercera frase en forma de tópico: ¿por qué no juegan así contra otros rivales? El fútbol está lleno de preguntas sin respuesta y esta última invita a la reflexión.

El primer partido del año se ha ido por poco, por dos palos. Habrá que ir a por el segundo, contra el Burgos en Copa del Rey. Esa será otra historia muy distinta. Ya verán.         

Por cierto, falta por descubrir un misterio: ¿qué tiene Muriqi? Ortells y Aguirre no coinciden.

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