Un gigantesco Rajkovic da al Mallorca su primera victoria en Son Moix

Cuatro meses después, el Mallorca ha sumado su primera victoria en Son Moix. Y se lo tiene que agradecer, por encima de a cualquier otro, a Rajkovic, inconmensurable esta noche ante un Sevilla que ha acabado desesperado ante los paradones, de todos los estilos, del guardameta serbio. A Rajkovic y a Larin, que a los diez minutos ha marcado el gol de la victoria, el primero que firma con la camiseta del Mallorca. El juego del equipo no ha sido para tirar cohetes, pero con la escasa puntuación, catorce puntos ahora, lo importante es sumar de la forma que sea, por lo civil o por lo criminal, como decía el añorado Luis Aragonés.

El Mallorca ha roto con la victoria de hoy una racha de seis empates consecutivos ante sus aficionados. Sumar de tres, que no conseguía desde el 17 de septiembre en Vigo, en lo que hasta hoy era su única victoria, le da algo de aire y le permite afrontar este final de año con esperanzas de medio salvar una primera vuelta decepcionante. El equipo está en condiciones de acabar el año con 20 puntos, una cifra hasta hace un par de semanas milagrosa.

 El partido no pudo empezar mejor para el Mallorca. Tras el primero de los recitales de Rajkovic, cuando a los cuatro minutos desvió con el pie un remate de Ocampos que se colaba, Larin, sí Larin, adelantaba a su equipo en su primer gol con la camiseta rojilla. Han tenido que pasar dieciséis jornadas para que el canadiense se estrenara como goleador, faceta por la que se le fichó. La verdad es que fue un golazo, que llegó de una jugada con algo de fortuna. Un centro desde la derecha de Dani Rodríguez rebotó en Samú, el balón cayó a los pies de Larin que, con la zurda, adelantaba al Mallorca con un remate seco y ajustado al palo izquierdo de Dimitrovic. Ver para creer. El canadiense celebró el gol llevándose el dedo índice a la boca, en un gesto crítico a los que se han metido con él por su falta de gol.

Cuando todo estaba predispuesto para que el equipo de Aguirre jugara con algo de tranquilidad, la que en teoría siempre da ir por delante en el marcador, el Mallorca dio un paso atrás. Y cometió el error de pensar en resistir y achicar balones durante ochenta minutos.

Si el Sevilla no empató fue gracias a Rajkovic, que demostró su calidad con dos nuevas intervenciones de mérito. La primera, en el minuto 36 cuando envió el balón a córner un cabezazo de Ocampos. Y, en el tiempo añadido de la primera parte, también despejó un gran remate de Juanlu. El Mallorca seguía jugando a muy poca cosa, pero lo cierto es que, por segunda vez esta temporada, se iba al vestuario en el descanso con ventaja. El precedente fue día del Barça, que acabó con empate a dos.

Rajkovic hizo paradas para todos los gustos en su mejor partido con el Mallorca, y eso que ya suma de muchos buenos

El guion de la segunda parte no varió. Dominio del Sevilla, auténtico dominador del balón, ante un Mallorca que únicamente se dedicaba a defender su preciado trofeo. Tan igual era todo a la primera parte que Rajkovic siguió con su recital. A los siete minutos le robó de forma milagrosa el balón a En.Nesyri, que se había ido de Nastasic. Estaba claro que la noche tenía un protagonista, que no era otro que Rajkovic, con permiso de Larin.

El serbio volvió demostrar en el 60 que es un guardameta de primerísimo nivel, un lujo para el Mallorca. Fue en un cabezazo de Sergio Ramos en un saque de esquina. Rajkovic voló otra vez.

La jugada polémica

La jugada polémica del partido ha llegado en el minuto 62 cuando Alberola Rojas ha anulado un gol al Sevilla por entender que En-Nesyri ha tocado el balón con el codo en un remate de Pedrosa que se ha colado, en una pérdida de balón de Samú. El árbitro consultó la jugada en el VAR y, acertadamente, no dio validez al gol, para desesperación de un Sevilla cada vez más agobiado.

Aguirre renovó el centro del campo a diez minutos del final, con Antonio y Morlales por Dani y Darder. El primero tuvo el segundo gol del Mallorca a los dos minutos de entrar tras recibir un pase de Abdón, que había sustituido a Larin, Antonio se quedó solo ante Dimitrovic pero tiró al muñeco. En esta jugada se acababa el partido. Pero tocaba sufrir hasta el último segundo. Tras el pitido final, la alegría desbordada. Y un protagonista, Don Pedrag Rajkovic.