Tenía que llegar y llegó. Un mal día del Mallorca. En realidad un pésimo día del todavía líder de Segunda, a la espera de lo que haga hoy el Espanyol. En una jornada para olvidar, porque desde el primer hasta el último minuto empezó torcido, el equipo de Luis García sumó su segunda derrota de la temporada. Ganada a pulso. Porque si bien es verdad que el árbitro, el gallego Iglesias Villanueva, estuvo nefasto, el equipo se ganó a pulso quedarse primero con diez y, antes del descanso, con nueve jugadores por las justas expulsiones de Cufré y Raíllo. El resultado, 2-3.ganó

El Mallorca esperaba cerrar el año con una nueva victoria y proseguir su impresionante racha. Pero posiblemente el rival más inesperado, un Fuenlabrada que hasta el momento no había destacado por nada especial, llevó el pánico en los locales desde el pitido inicial. Y tanto miedo se tradujo en el primer gol a los diez minutos en un clamoroso error de Reina, que no atrapó un balón fácil en un saque de falta. La pifia la aprovechó Pulido para poner en ventaja a su equipo.

Dos minutos después el Mallorca empató por medio de Abdón. Pero el árbitro, en su primera decisión polémica, anuló el gol por entender que hubo unas manos previas de Raíllo. Cinco minutos tardó Iglesias Villanueva en anular el gol, previa consulta al VAR. El árbitro fue a ver la jugada y, salvo que observarara algo diferente a lo que se vio por la televisión, el gol debió subir al marcador. A lo mejor Raíllo, que en los cinco minutos de 'impasse' no paró de decirle al árbitro que no la había tocado con la mano -"con la mano no"- la tocó, pero en la imagen parece que despeja con la cabeza.

El partido no dejaba de deparar sorpresas. A los dos minutos de anular el gol a Abdón llegó el tanto del empate del Mallorca. Lo consiguió Cufré, que remató con un temple más propio de un primera figura un balón que le llegó de rebote. La reacción había sido rápida y no había por qué pensar que no se podía consumar la remontada quedando todo un mundo.

Pero el partido dio un vuelco en contra del Mallorca a la media hora con la expulsión de Cufré por doble amarilla. La primera, en el minuto 24, y la segunda por entrar por detrás a un contrario. Es verdad que da primero al balón, pero también lo es que lo arrolla. Arriesgó demasiado el argentino con una amarilla a sus espaldas. El Fuenlabrada, que llegaba a Palma tras tres derrotas, tardó solo dos minutos en plasmar en el resultado su superioridad numérica. Salvador marcó de falta directa un balón flojo que no tocó en ninguno de la maraña de jugadores que se instalaron en el área de Reina.

Las malas noticias no se acabaron para los locales. Después de que Feuillassier estrellara el balón en el poste, llegó la expulsión de Raíllo por doble amarilla. La primera por hacer una colleja a Sotillos. Raíllo protestó y el árbitro no dudó en expulsar al central cordobés. El Mallorca se fue al descanso con nueve y parecía ya todo visto para sentencia.

Pero el fútbol te da siempre sorpresas. Por eso es tan grande. A los seis minutos de la reanudación, Abdón aprovechó un saque de falta de Galarreta para batir de cabeza a Belman. Era el quinto gol en Liga del delantero de Artà. Pero no sirvió para nada. Para rematar su aciaga noche, otro error de Reina facilitó el tercer gol del Fuenlabrada en el minuto 62. El guardameta despejó de puños una falta cuando lo más fácil parecía hacerse con el balón. El rechace fue a parar a Damián, que acababa de entrar, para adelantar de nuevo a su equipo. Todavía hubo tiempo para que Antonio Sánchez, que entró tras el descanso, estrellara el balón en el larguero en el minuto 68, y otro remate franco de Abdón, el mejor del Mallorca, a cinco minutos del final.

La derrota deja un regusto amargo en un equipo que está realizando una competición impecable. Curiosamente, la segunda derrota, como la primera, llegó en el Visit Estadi y ante otro equipo madrileño, después de la encajada ante el Rayo Vallecano en la primera jornada. Este partido debe servir de experiencia, para aprender lo que no se debe hacer.