Nadie podrá acusar a este Mallorca de arrugarse. Jamás. Lo ha demostrado, sin ir más lejos, en las dos últimas jornadas. Se ha medido de forma consecutiva al Logroñés y Almería, dos adversarios que estaban en su mejor momento, pero han acabado doblando la rodilla.

Los andaluces infundían mucho respeto. Eran el equipo más en forma de Segunda, con una impresionante racha de seis victorias seguidas y diez jornadas sin perder. Por eso eran terceros en la clasificación y estaban a una sola victoria, con un partido menos, de alcanzar a los bermellones. La dificultad todavía se elevaba más para los de Luis García Plaza por tener que disputarse el duelo en el Juegos del Mediterráneo, pero a este grupo le va la marcha de verdad. El golazo de Abdón destrozó su dinámica ganadora justo cuando más duele, en el descuento.

El Logroñés, un recién ascendido, se había ganado ser considerado la gran revelación de este inicio de curso. Los riojanos visitaron Son Moix rozando la zona de play-off tras seis triunfos seguidos, los últimos cinco sin encajar ningún gol. Pero a los tres minutos, con la expulsión de Andoni López por evitar con la mano que la pelota entrara en la portería, condicionó un partido que acabó siendo el más plácido del curso para los baleares. Por algo ya se les puede denominar, también, los rompedores de rachas.