En teoría, el VAR llegó al fútbol para eliminar esas jugadas polémicas que generaban discusiones entre los aficionados, proporcionar un resultado acorde a lo que ocurría sobre el campo, disminuir, en fin, los errores arbitrales que favorecían a los equipos más grandes. Transcurridas ya un par de temporadas, se puede decir que no ha sido así. Siguen existiendo jugadas polémicas, acciones que se juzgan de formas muy diferentes y equipos perjudicados. El Mallorca ha sido uno. Los de Moreno no perdieron ayer solo por el VAR, sino porque enfrente tuvieron a un equipo mejor como es el Sevilla, pero en el inicio de la derrota si está la tecnología y esa mano de Pozo.

Dicho esto, el Mallorca jugó un partido con más atrevimiento que nunca, consciente de que no podía salir del Pizjuán de vacio. Se mantuvo el tipo hasta el polémico penalti nuestro de cada partido y con el 1-0 en contra se fue adelante con todo, acabando con dos extremos convertidos en laterales. Un descaro que, de haber sido norma durante la temporada seguro que les hubiera aportado más que esos cinco puntos ganados lejos de Palma.

Lo lógico es que al Mallorca le queden cuatro días en Primera, salvo desastre de Celta y Alavés, y paradójicamente puede que hasta el Leganés lo tenga más fácil para salvarse si el Real Madrid es campeón cuando se llegue a la última jornada.