Una de las grandes virtudes del Real Mallorca de esta temporada es que sabe levantarse tras sufrir un golpe. El problema es que recibe demasiados y no siempre puede reaccionar a tiempo. De los doce goles que ha encajado en lo que se lleva de Liga, la mitad han llegado antes del minuto quince, un contratiempo muy importante y que condiciona, de forma decisiva, el desarrollo de los encuentros. Esta es una de las asignaturas pendientes de los de Vicente Moreno, que deberían salir más espabilados al campo para tratar de evitarlo a toda costa.

Sin ir más lejos, el pasado domingo el Oviedo se adelantó en el minuto nueve con el tanto de Ibrahima y eso obligó al Mallorca a realizar un gran esfuerzo para conseguir el empate, gracias al tanto de Lago (1-1). Pero llueve sobre mojado. Ya en Alcorcón, en la primera derrota del curso, Pereira dio el triunfo a los suyos con una diana en el minuto trece (1-0). Y Manaj, en el dos, sorprendió a los baleares para encarrilar el triunfo del Albacete en Son Moix (3-1). Y como si de una pesadilla se tratara, en la jornada siguiente sucedió algo similar. Porque Pita adelantó al Lugo también a los dos minutos y solo el golazo de Fran Gámez antes del descanso evitó la derrota en el Anxo Carro (1-1).

El caso más sangrante si cabe fue el vivido en la undécima jornada en casa. El Las Palmas se puso por delante en un visto y no visto ya que Rafa Mir y Rubén Castro pusieron el 0-2 en el marcador a los trece minutos. Esto obligó a los mallorquinistas a un enorme sacrificio para lograr igualar el duelo en unos últimos minutos de la primera parte para el recuerdo (2-2). Moreno es consciente que estas pájaras perjudican mucho a su equipo. De hecho, siempre que ha encajado un tanto tan pronto nunca ha podido sumar los tres puntos, por mucho que haya salvado los muebles en varias ocasiones.

Además, hay otra circunstancia que añade más leña al fuego. De los otros seis tantos que ha recibido el equipo, tres han llegado tras el descanso y antes del minuto sesenta (ante el Elche, Albacete y Tenerife), por lo que el rendimiento en los primeros quince minutos de cada parte debe aumentar sustancialmente. No queda otra. El Mallorca solo ha ganado un partido de los últimos ocho, por lo que este domingo ante el Córdoba mejor que no se produzca ningún susto nada más empezar. Ni después, claro.