"Estos nueve puntos ya no nos los quita nadie", se oyó más de una vez a la salida de Son Moix el viernes. Lo pronunciaban orgullosos algunos mallorquinistas que acababan de asistir al triunfo ante el Cádiz en el minuto 89 con el tanto de Álex López y que ya tenían la calculadora en su mente. Y tenían toda la razón. Han bastado cuatro jornadas para alcanzar estos nueve puntos, una cifra muy elevada si se echa un vistazo a las últimas cuatro temporadas en Segunda.

Esta alegría que vive ahora la afición tras este fabuloso inicio, con tres victorias -Osasuna (1-0), Rayo Majadahonda (0-1) y Cádiz (1-0) y una derrota -Alcorcón (1-0), contrasta con el calvario de no hace tanto tiempo. Sin ir más lejos, en la campaña 2016/2017, la del traumático descenso, el equipo que entonces entrenaba Fernando Vázquez tardó la friolera de nueve jornadas en alcanzar esta cifra. Fue después de un duelo en casa ante el Huesca (3-0) que sirvió para que tuviera diez puntos. De hecho, a estas mismas alturas hace solo dos cursos los rojillos eran colistas y solo sumaban dos puntos.

Pero el precendente reciente más desastroso fue el de la temporada 2014/2015, cuando el Mallorca era dirigido por Valeri Karpin. No superó los nueve puntos hasta la décima jornada tras tumbar al Sabadell en Son Moix (1-0). O lo que es lo mismo, necesitó seis jornadas más que los de Vicente Moreno para conseguir prácticamente lo mismo, ya que con esa victoria alcanzó los once puntos. Es más, en la cuarta jornada de aquella campaña los baleares apenas tenían un punto y ocupaban puestos de descenso. Las cosas tampoco fueron mucho mejor en la 2015/2016, ya que no fue hasta la novena jornada cuando sumó los nueve puntos. Los bermellones, dirigidos por Albert Ferrer, empataron ante el Mirandés (2-2) para alcanzar esta puntuación. Curiosamente, con el técnico catalán habían conseguido el número más elevado de puntos en cuatro jornadas, con apenas cuatro, un dato que todavía aporta más lustre a lo que ha logrado la actual plantilla.

En la temporada 2013/2014, la primera tras dieciséis años en Primera División, el arranque fue malo. El grupo que dirigía José Luis Oltra tuvo que llegar a la séptima jornada para alcanzar los diez puntos. Tumbó al Mirandés (1-0) y calmó los ánimos de una hinchada que exigía el regreso a la elite ese mismo curso. Pero nada más lejos de la realidad. Ya fue un buen indicativo que, tras las cuatro primeros encuentros, el balance fuera justo al contrario que el de ahora, con una sola victoria y tres derrotas.