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Oltra, en un partido como entrenador del Mallorca.Efe

El rival

Oltra, víctima de otro Mallorca

El técnico del Córdoba vivió "una pesadilla" en su etapa como entrenador rojillo por culpa de los malos resultados y, sobre todo, de una guerra en el Consejo

"Se ha acabado la pesadilla personal y familiar. He llorado mucho en la intimidad. Es terrible lo que hemos tenido que sufrir yo y mis colaboradores", pronunciaba hace menos de dos años, el 27 de febrero de 2014, José Luis Oltra, tras ser despedido como entrenador del Mallorca. El valenciano, que hoy dirige al Córdoba, rival de los rojillos esta tarde, vivió en Son Moix una amarga experiencia, quizá la peor, desde que está en los banquillos, pero no solo por los malos resultados del equipo, sino por el trato que recibió de parte del Consejo. "Es que esto de las últimas semanas no se lo merece nadie. Han faltado al respeto a José Luis como persona y a Oltra como entrenador. No es que este final no lo merezca yo, es que no lo merece nadie, los hechos hablan por sí solos y ni hace falta comentarlos", comentó emocionado en su adiós en una sala de prensa de Son Bibiloni abarrotada por sus pupilos.

El técnico, fichado para devolver al Mallorca a Primera División tras triunfar en el Tenerife y Deportivo de La Coruña, deambulaba con su equipo por la categoría teniendo el presupuesto más alto, con más de 22 millones. Futbolistas con experiencia como Aouate, Nunes, Alfaro, Martí o Nsue y fichajes como Agus, Geijo, Iriney o Cadamuro tampoco dieron el nivel. Ni siquiera logró meter al equipo entre los seis primeros, una triste circunstancia que todavía sigue vigente a día de hoy. No obstante, el técnico fue víctima del esperpéntico Consejo de Administración que dirigía el club. Y para eso basta con recordar su humillante último día.

Dirigió el entrenamiento matutino en Son Bibiloni en el mismo momento que el Consejo debatía quién sería su sustituto. Un papelón que soportó estoicamente, con profesionalidad, pero que ya no ha olvidado. Trabajó como si fuera el que tenía que sentarse en el banquillo en el encuentro ante el Barcelona B, aunque sabía que eso no iba a ocurrir. Había vivido una semana surrealista. El lunes había sido despedido e incluso el club había anunciado el fichaje de Lluís Carreras, pero la desautorización a la contratación del catalán por parte de Utz Claassen le dio vida. Vista la confusión decidió dirigir al día siguiente para evitar que pudiera haber problemas legales. Hasta que se oficializó su destitución tras veintisiete partidos como máximo responsable. Oltra, el pasado viernes, que repitió una y otra vez que le guardaba mucho cariño al club, a la afición y a la isla, describió de una forma muy clara su pasó por el Mallorca: "Viví un Falcon Crest". Así fue.

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