El Real Mallorca volvió ayer a los entrenamientos en una sesión marcada por la tensión y la preocupación surgida a raíz de la pésima imagen ofrecida en el estreno liguero en Alcorcón. Las derrotas son particularmente traumáticas en el inicio de un campeonato y los rostros de futbolistas y cuerpo técnico reflejaban esa frustración.

Pese a que Albert Ferrer esgrimió un discurso muy complaciente después de que su equipo se estrellara con estrépito en el Santo Domingo, el técnico es consciente de que tiene mucho trabajo por hacer para que el Mallorca se perfile como un serio candidato al ascenso.

La sesión fue especialmente ingrata para Joselu y Fofo, dos futbolistas a los que el club ha abierto la puerta de salida, tal como publicó ayer este diario. El mallorquín abandonó el césped de Son Bibiloni media hora antes de que terminara el entrenamiento al sufrir unas molestias. Su expresión reflejaba el nerviosismo y la incertidumbre por tener que buscar equipo a una semana de que cierre el mercado de fichajes.

El Mallorca del sábado en Alcorcón fue un calco del de la pasada temporada. Un equipo inanimado y sin capacidad de reacción ante la adversidad, superado por su rival en intensidad y actitud.

La imagen ofrecida por el equipo ha multiplicado las dudas sobre el proyecto y eleva la presión de cara al partido del próximo domingo contra la Ponferradina. El Mallorca va a alcanzar la segunda jornada corto de crédito y no se puede permitir un nuevo tropiezo en el debut ante el mallorquinismo.

A lo largo de la pretemporada Ferrer ha incidido especialmente en reforzar el carácter competitivo del equipo. De hecho, sus futbolistas llegaron a completar actuaciones notables ante el Hannover y el Heerenveen, clubes de Primera alemana y holandesa respectivamente. Sin embargo, no hubo nada de eso en Alcorcón.

La actitud de los futbolistas enfadó en la planta noble, pero el club espera que haya una mejoría cuando futbolistas llamados a ser importantes como Arana, Pereira, Coro y Acuña se pongan en forma. Asimismo, esta semana llegarán tres refuerzos que, en teoría, subirán el nivel del equipo.

Javi Ros subrayó ayer en rueda de prensa que "es pronto para decir que el equipo no está preparado para pelear por lo que venimos diciendo", dijo en alusión al objetivo del ascenso.

El navarro confió en una victoria contra la Ponferradina que sirva para "disipar las dudas que puede haber del vestuario hacia afuera".