El Mallorca no despega por no ser nada fiable en defensa. El equipo va de goleada en goleada y, con dieciocho tantos encajados, es el equipo más batido de la Liga Adelante, superando en uno al Jaén, en zona de descenso, y en dos al Hércules, antepenúltimo. Unos números que no invitan precisamente al optimismo y que ha levantado la voz de alarma en el club.

De los dieciocho goles que ha encajado el equipo, los cuatro últimos el pasado domingo ante el Zaragoza, catorce han sido en la mitad de los partidos disputados, cuatro. Y, repasando el momento en que llegaron los goles, avala la teoría de Oltra de que el equipo se diluye como un azucarillo en un vaso de agua en cuanto ve perforada su meta por primera vez. Como si se produjera un cortocircuito en los jugadores que les impidiera reaccionar.

La primera goleada se produjo en el primer partido, el primero en Segunda tras dieciséis temporadas en la máxima categoría. El 4-0 de Sabadell, un equipo que a priori no está llamado a estar entre los equipos que luchen por el ascenso a Primera, pudo ser hasta comprensible por la falta de adaptación a una categoría muy diferente en todos los sentidos a Primera. El primer gol del conjunto arlequinado llegó a loa 20 minutos, después de que el Mallorca desperdiciara un par de buenas ocasiones, y el segundo solo seis minutos después. El tercero y el cuarto, ya en la segunda parte, llegaron con un intervalo de cuatro minutos.

El segundo ridículo llegó en la segunda jornada, con los cuatro goles del Murcia en Son Moix, tantos que llegaron antes del primer cuarto de hora el primero, a la media hora el segundo, y el tercero y cuarto en los minutos 47 y 52.

Tres goles más llegaron en la tercera jornada, en El Molinón, ante un Sporting que fue muy superior. Cero puntos de nueve posibles. Se frenó la sangría, de goles y derrotas, en la cuarta jornada, con la victoria por la mínima ante el Alcorcón (2-1), pero en la quinta jornada el equipo volvió a las andadas, tirando por la borda una victoria que ya se saboreaba en el Alciante. Pero en el plazo de nueve minutos el Hércules niveló el marcador (2-2). Ante el Mirandés se consiguió mantener la portería imbatida por primera vez, lo que se repitió a la jornada siguiente en Barcelona. Parecía que se había encontrado solución al problema. Hasta que llegó el Zaragoza y devolvió al Mallorca a la realidad.