Lletra menuda: Las incidencias estancadas

Velero varado en Son Maties

Velero varado en Son Maties / Juan Luis Iglesias

Llorenç Riera

Llorenç Riera

En las cunetas de las carreteras quedan coches averiados y en las playas embarcaciones vencidas por el temporal o la pérdida de timón. Lógico en buena parte que entre tanto tránsito viario y litoral surjan incidencias paralizantes, la cuestión está en saber cómo se administran y resuelven.

En el caso de las embarcaciones, en la mayoría de situaciones, se está convirtiendo en un problema que queda estático derivando en perjuicios no solo para la propiedad, sino también para la imagen y el medio ambiente del lugar afectado. A ello se puede añadir el peligro que representan desaprensivos y aún voluntariosos sin preparación para solventar encallamientos que no gustan a nadie. Son Maties puede dar reiterada fe de cuanto decimos.

Un nuevo velero ha aparecido varado en esta playa de Palmanova. Es posible que las corrientes marinas se hayan aliado para convertir este punto concreto de la costa de Calvià en cementerio de mástiles inclinados delatores de desgastes mecánicos, pero, sea cómo sea, lo cierto es que este último caso y sus predecesores aconsejan establecer un cierto protocolo de actuación, ahora que la denominación está tan al uso, para reflotar o retirar en dirección al desguace las embarcaciones convertidas en marionetas de mar.

En los incidentes anteriores se ha visto casi de todo, desde inhibición de los propietarios con una inacción que desemboca en reacción municipal, hasta intentos de reflote improvisado con notable riesgo para los intervinientes. Las embarcaciones deben permanecer amarradas, en dique seco o navegando. Todo lo demás es accidental y por tanto debe durar el menor tiempo posible. Los encallamientos son contraproducentes y no solo para la imagen turística, ese primer argumento que surge siempre.

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