Lletra menuda: Desprendimientos del civismo

Construcción de piedra seca, un arte milenario y sostenible

Construcción de piedra seca, un arte milenario y sostenible / Antoni Prades

Llorenç Riera

Llorenç Riera

El buen excursionista o simple paseante del disfrute del medio natural es el que no deja huella de su paso. Y si lo hace es para cerrar la barrera que ha quedado abierta o recolocar la piedra que se ha movido accidentalmente. Pero, dado que el vandalismo no está acotado, es anónimo y tan atrevido como su aliada natural, la ignorancia, no siempre ocurre así. La masa de excursionistas consecuentes queda distorsionada por quienes usurpan esta denominación para cometer sus fechorías.

Que alguien trote sobre una pared seca o la abra para alcanzar un atajo significa que, en su desconocimiento limitado por una visión que no va más allá del asfalto, no tiene la menor idea de lo que significan estás delimitaciones y contenciones de terreno, un día cultivable y ahora, por lo general, reserva de pastos, barreras frente a la erosión o guardianes de caminos. Entidades de excursionismo y senderistas denuncian la moda de caminar sobre las paredes, simplemente para dar la nota o captar la foto irresponsable y desafortunada. Los margers también aprovechan para recordar la importancia de un trabajo que va mucho más allá de lo estético. Es el efecto de la masificación, dicen algunos, en la Mallorca invadida por todas partes. Puede que sea un factor propicio para camuflar a desaprensivos y si es así, habrá que distinguir el grano de la paja, evitar que paguen justos por pecadores y procurar medidas de aislamiento y sanción para quienes no saben estar ni disfrutar del medio natural.

Detectado el fenómeno de comportamientos nocivos, lo adecuado ahora es reaccionar en consecuencia para que el patrimonio etnográfico sea respetado y todos puedan beneficiarse de él. Los valores del pasado y el adecuado encauzamiento del futuro así lo aconsejan.

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