La educación de los hijos ya es compleja de por sí como para que los padres tengan que soportar la angustia añadida de dudar sobre los riesgos físicos a los que están sometidos sus vástagos en horario lectivo por deficiencias estructurales de las aulas. Lo mismo podemos decir de las condiciones laborales del profesorado.
La situación del colegio Es Putxet de Selva resulta incomprensible. Parece que un inminente informe del Ibisec será definitivo para decidir si el lunes los escolares pueden volver a las clases de siempre o deben apañárselas en otras instalaciones municipales provisionales. No es que haya habido un seísmo bajo la escuela, resulta que el edificio es de 1936, que el marés va desgastándose y que desde 2016 los padres reclaman reparación y nadie ha hecho nada. Cuentan que en privado los entendidos ya han dicho que la escuela «no es habitable».
No hay modo de hallar explicación suficiente para tanta apatía institucional con la escuela de Selva. Es imprescindible actuar de forma inmediata y garantizar la seguridad de escolares y profesores.