La Fundació Voltor, que este año celebra su 35 aniversario, ha explicado este viernes que desde el año 1983 hasta la actualidad la población de ‘voltors negres’ en Mallorca ha pasado de 19 ejemplares a más de 300. En abril de 1987, hace 35 años, la Black Vulture Conservation Foundation (BVCF) o Fundació Voltor, inició su primer proyecto de campo, la “recuperación del buitre negro en Mallorca”, cuando la estudiante de Biología Evelyn Tewes vino a Mallorca para hacer su tesis doctoral sobre la última población insular de esta especie, entonces en peligro de extinción o extinguida en muchos de los países del Mediterráneo. Se inició una larga y estrecha colaboración con la entonces conselleria de Agricultura y Pesca de Balears para salvar el buitre negro en Mallorca. La BVCF se creó en 1986 por expertos en buitres de todo Europa con el objetivo de poner fin al declive de las poblaciones de esta especie en España y los pocos lugares de Europa donde sobrevivía. 

Jesús Garzón, experto en Vida Silvestre de la península ibérica, llamó la atención sobre el declive de la población cuando a principios de los años 80 apenas quedaban 200 parejas de buitre negro en España. Junto a otros expertos crearon la fundación para esta especie carroñera. En Mallorca quedaban solo 19 ejemplares y una sola pareja que se reproducía con éxito. "Con la experiencia de los expertos y los esfuerzos muchas personas y entidades colaboradoras locales, nacionales e internacionales, se consiguió revertir la negativa tendencia poblacional y conseguir un lento incremente que llevó a la actual recuperada población de más de 300 ejemplares y más de 45 parejas reproductoras en la isla", explica la fundación.      

Por otra parte, en 2002, hace 20 años, los patronos de la BVCF, dada de alta en Holanda, vieron la necesidad de crear una fundación española para agilizar el funcionamiento administrativo y logístico local. Nació la Fundación Vida Silvestre Mediterránea (FVSM) como representante en España, y con su nombre ya anunció la ampliación del objetivo social que abarca la conservación de toda la fauna y flora autóctona. Para potenciar su actividad en Mallorca se incorporaron tres nuevos patronos de la isla, Nofre Bisbal y Antonio Coll, gestores de fincas de montaña con buitre negro y Carles Tarrancón, abogado. Bajo la dirección de Juan José Sanchez y Evelyn Tewes se trabajó para la protección de buitres, la lucha contra el veneno en el medio natural, la conservación de la Serra de Tramuntana, la introducción de la custodia del territorio como herramienta de gestión, la educación ambiental y la participación ciudadana con el voluntariado. La FVSM abrió una sede cerca de Campanet donde hasta hoy recibe visitas en su Centro de Conservación de Vida Silvestre Mediterránea dedicada a potenciar la educación ambiental.