La Cooperativa Agrícola de Porreres da el sus a la campaña de recogida del albaricoque, una campaña que se presenta de lo más optimista ya que las previsiones apuntan a que se podrán alcanzar las 26 toneladas, diez más que en 2020, que se cerró con 16.500 kilos de albaricoques. En s’Hort den Murtó ya hace unos días que han empezado a recolectar las variedades palabras y primerenc, que suelen ser las más productivas. «Es un albaricoque muy bueno, de pulpa blanca. Son los primeros y tienen mucha demanda», resume la gerente de la cooperativa porrerenca Esperança Móra, que concreta que las previsiones iniciales pueden variar en función de los fenómenos atmosféricos o de la calidad. De todas formas, la previsión de la cosecha es recolectar ocho toneladas de palabras y primerenc, una cifra igual a la del canino mientras que de galta vermella se esperan recoger siete toneladas. De rojo carlet llegarán a las 0,6 toneladas mientras que de modesto y murtó se esperan recolectar 0,8.
«Este año se van recuperando el número de árboles con nuevas plantaciones gracias a la mejora de la rentabilidad del cultivo en estos últimos años», reconoce Móra que asegura que son muchos los factores que influyen en la producción anual. «Influyen los factores atmosféricos pero también las horas de frío. Hay variedades que requieren muchas horas de frío, entre 400 y 500 pero con el cambio climático dichas horas de frío van disminuyendo. Por lo tanto, tenemos variedades como el canino o la galta vermella [que es la autóctona] con años más productivos que otros en función de las horas de frío», desgrana Móra.
Por ello, los payeses van introduciendo nuevas variedades pero debe transcurrir un tiempo, unos diez años, para que el árbol se pueda haber desarrollado. Por ejemplo, cuenta Móra, del canino y de la galta vermella nació el murtó, un híbrido que es muy fuerte, resistente y con una gran calidad.
Los socios de la Cooperativa de Porreres cultivan 25 hectáreas. Sus albaricoques se producen en cultivos de secano, es decir, que no cuenta con regadío. «Todo lo que nos da la tierra y el cielo es la calidad del producto. Esto es muy importante y el auténtico valor del albaricoque de Porreres. Es lo que le da la auténtico sabor», destaca Móra, que asegura que en estos inicios de campaña la calidad del producto es «óptima» mientras que el precio de venta al público es de 3,95 euros por kilo, un precio similar al del inicio del año pasado. Durante la temporada 2020, el precio de mercado rondó entre los 2,50 y los 3,50 euros por kilo.
«Todo lo que nos da la tierra y el cielo es la calidad del producto"
La gerente de la cooperativa porrerenca confiesa que se siente muy satisfecha porque los consumidores de cada vez más valoran el producto local. «Si queremos mantener estos entornos debemos premiar el payés que lo cuida y eso solo se puede hacer adquiriendo el producto de aquí».
Lluvia
Móra explica que las lluvias de estos días han afectado a los albaricoques ya maduros, pero han ido muy bien para los más verdes. «Las lluvias nos han alegrado porque, pese a que ha dañado el albaricoque a punto de coger, hemos salvado al resto. Los albaricoques estaban tristes, las hojas estaban apagadas, necesitaban agua. Estos 50 litros de estos días han sido agua bendita para recuperar los árboles frutales de secano», celebra Móra.
