Los agricultores y ganaderos que forman parte de Unió de Pagesos y de Asaja lamentan el cierre del mercado de Santa Maria "porque si hacemos caso de las recomendaciones sanitarias sería mucho más peligroso comprar en las grandes superficies que están instaladas en espacios completamente cerrados, y en ese caso nadie plantea su cierre", explica Sebastià Ordines, el secretario general de Unió de Pagesos de Mallorca. Por eso tanto Unió de Pagesos como Asaja temen que el cierre de mercados semanales "sea una opción constante en el caso de los municipios que a partir de ahora registren un repunte de casos de coronavirus, estamos seguros que los mercados al aire libre no son un foco de contagio", señala el gerente de Asaja, Joan Simonet.

Ante las preocupaciones del sector, desde la Federació d'Entitats Locals de les Illes Balears (FELIB) aseguran que "de momento entre los alcaldes y alcaldesas no hay debate sobre la clausura de mercados, no existe preocupación en ese sentido", explica su presidente, Antoni Salas. De hecho, "la única recomendación que sigue vigente a día de hoy es la de seguir celebrando los mercados semanales en cada pueblo, siempre siguiendo las recomendaciones de mantener unos cinco metros de separación entre los puestos y poner a disposición de clientes y vendedores puestos de limpieza de manos y sistemas para controlar los aforos", añade el presidente de la FELIB.

Desde las entidades agrarias esperan no tener que lamentar el cierre de más mercados municipales. Aun así, piensan que "si la suspensión temporal del mercado tiene que servir para que bajen los casos de coronavirus en Santa Maria, explica Sebastià Ordines desde Unió de Pagesos. Pero el hecho que en el mercado los puestos de venta se limitaran a doce, que "el mercado se ubica en una de las plazas más grandes de Mallorca y que se habían instalado puestos de higiene y controlado los accesos, hace que creamos que se cumplían todas las medidas de seguridad", defiende Ordines. "Parece mentira que se limiten ese tipo de mercados, se cumplen todos los protocolos para hacer frente a la pandemia y precisamente el hecho de que sean un punto de encuentro directo entre productores de alimentos y los consumidores, hace que la trazabilidad de todo lo que allí se vende sea muy fácil de seguir", argumenta en su caso el gerente de Asaja, Joan Simonet.

Temem un cierre en cascada

Las asociaciones agrarias temen un cierre en cascada de mercados al aire libre. "No lo podemos permitir porque existen muchos más pequeños payeses de los que la gente cree que tienen como único canal de venta los mercados semanales", argumenta el responsable de Unió de Pagesos. "En muchos casos son productores que han apostado por la calidad en pequeñas explotaciones y que dan la cara por sus productos, no hay que consentir que se queden sin poder vender", añade en el mismo sentido el gerente de Asaja.

"Hay que respetar la autonomía de cada municipio, pero hace meses que defendemos que hay que promover el producto local y que los mercados son seguros", explica el presidente de la FELIB, Antoni Salas. De hecho, "durante el estado de alarma ya lanzamos instrucciones y recomendaciones para que cada pueblo pudiera celebrar de forma segura los mercados y proteger tanto los vendedores como los clientes", añade Salas.

Y aunque desde la FELIB entienden que "la responsabilidad que un alcalde lleva sobre las espaldas puede hacer que se tomen decisiones difíciles como esta, además el de Santa Maria no es un mercado de pueblo al uso porque atrae mucha gente de Santa MariaPalma, defiende Antoni Salas, el presidente de la federación de municipios de Balears. Por eso tanto la FELIB como las asociaciones agrarias confían en que una vez se haya controlado la situación sanitaria en Santa Maria, el mercado vuelva a celebrarse con normalidad.