Santa Margalida admite serios problemas para adjudicar los servicios en las playas

Iniciado el mes de julio, las playas del municipio de Santa Margalida, al igual que muchas otras en la costa mallorquina, siguen a la espera de la instalación de los servicios de temporada. Y es que el Ayuntamiento está teniendo serios problemas para que alguna empresa se haga cargo de la explotación de las playas ante la situación de incertidumbre generada por la crisis de la Covid-19, ya que los concesionarios han hecho números y ven que difícilmente podrán amortizar la temporada ante la ausencia de turistas.

"Tenemos muchos problemas", admite el alcalde de Santa Margalida, Joan Monjo (Convergència-El Pi), que a pesar de los inconvenientes asegura que esta cuestión "se arreglará" en los próximos días.

El caso de la playa grande de Can Picafort resume de forma certera la situación actual. El Consistorio había adjudicado la explotación del arenal antes de que estallara la crisis del coronavirus, que paralizó los últimos trámites para formalizar el contrato. El canon pactado era de 500.000 euros, cantidad que el Ayuntamiento ha rebajado finalmente hasta los 170.000 euros. A pesar de esta importante reducción del canon, la empresa adjudicataria "no quiere empezar la temporada porque no sabe si podrá hacer negocio", señala Monjo.

Ante la negativa de la empresa que consiguió la licitación, el Consistorio ha sondeado a la segunda clasificada, ofreciéndole la misma cantidad rebajada, aunque esta entidad ha realizado una contraoferta de unos 40.000 euros, cifra que el Ayuntamiento no está dispuesto a aceptar.

Por otra parte, la licitación de la playa de Son Bauló sigue su curso. Hace una semana, el Boib anunciaba el trámite de información pública del pliego de condiciones del concurso de adjudicación. "Todavía no sabemos si se presentará alguien", apunta el alcalde. En este caso, en el mismo paquete figuran tanto lo servicios de hamacas y sombrillas como la explotación del chiringuito ubicado sobre la playa, mientras que en Can Picafort el bar se adjudica de forma independiente y también está en proceso de licitación.

A pesar de las dificultades, Monjo asegura que "de una manera u otra, habrá servicios en las playas". Otra preocupación del Ayuntamiento reside en la limpieza de las playas, una tarea que llevan a cabo los propios concesionarios. "Tenemos presupuesto para limpiar la playa nosotros, pero nos saldría muy caro", lamenta el regidor.