La Comisión de Gobierno Municipal de Inca que se celebrará la semana próxima, la última de esta legislatura, refrendará la decisión de la mesa de contratación de las obras de la plaza Mallorca. Los trabajos se han adjudicado a la empresa local Man SA por un importe de 1,8 millones de euros.

La adjudicación se ha llevado a cabo tras decretar la nulidad de la primera oferta a causa de una baja temeraria. Virgilio Moreno, alcalde de Inca, aseguró ayer que "la empresa Vías y Construcciones había obtenido la mejor puntuación pero no pudo justificar la elevada rebaja que hacía por lo que se ha descartado su propuesta".

A pesar de que se adjudicarán las obras la semana próxima, la compañía constructora deberá esperar a agosto para inciarlas puesto que la plaza se deberá utilizar para celebrar las fiestas patronales a finales de julio.

El plazo de ejecución es de 18 meses y el objetivo es "recuperar un lugar emblemático que está en malas condiciones", sostiene el alcalde. Moreno agrega que "desde el principio estuvo mal. De hecho, ni siquiera se inauguró".

El máximo responsable municipal sostiene que "el proyecto actual contempla mejores materiales, más resistentes, para no tener los problemas de la actualidad". Moreno recuerda que durante muchos años la gente se refería popularmente a la plaza "como la de los patines", y que tras la reforma "se podrá volver a patinar".

No obstante, lo impotante del proyecto son las mejoras que contempla. En el pliego de condiciones se establecía como una de ellas la reforma de la calle Barco, que confronta con la plaza por la parte superior. Según la propuesta de la empresa, esta calle se levantará completamente y se construirá una nueva dotación de servicios. Finalmente se adoquinará dando continuidad a la plaza, pero se permitirá el paso de vehículos.

La remodelación del emblemático espacio supone la creación de lugares más sombreados que en la actualidad. Moreno, explica que "para la elección del proyecto ganador se tuvieron en cuenta variables que consideramos muy importantes, y una de ellas eran los materiales y que se recuperase el uso para las personas, y para ello necesitaba sombra ya que hoy en día es una auténtica solana".

Pau Villalonga y Gerardo Pérez, son los autores del proyecto. Explican que ellos observaron como la plaza se había convertido en un lugar de cruce en lugar de ser un espacio de encuentro. Pero que además contaba con un muro en su mitad, para salvar el desnivel de la calle Barco con la de Arta, que dificultaba el paso.

El muro se ha convertido ahora, sobre los planos, en unas gradas y una cafetería, y la gran explanada superior estará salpicada de unas pérgolas amplias que albergarán vegetación para dar sombra. Mientras la vegetación no tenga las dimensiones adecuadas se han previsto unas mallas de madera en la parte superior que darán sombra desde el primer día.