Fue la tragedia con más víctimas mortales de la historia del municipio; una desgracia que se sigue recordando a través de las generaciones.

El 31 de marzo del año 1844, Domingo de Ramos, varios miles de creyentes asistían en Felanitx al popular Viacrucis dels Dotze Sermons, lo que era el inicio de la Semana Santa. Eran las cinco de la tarde cuando la multitud paró en el lateral de la iglesia de Sant Miquel del carrer Major para escuchar en boca de mossèn Simó Bordoy el correspondiente sermón de la cuarta estación, cuando Jesús encuentra a su madre.

Calle 31 de Març dedicada a la catástrofe. JAUME RIGO

En esos momentos, la estructura del terraplén que servía de contención a la iglesia y que no estaba en las mejores condiciones, cedió por el peso de la muchedumbre de arriba, cayendo con ellos y aplastando entre los escombros a los de abajo. En el trágico suceso se contabilizaron más de 400 fallecidos y unos 200 heridos en lo que todavía es la mayor catástrofe de la historia de Felanitx.

Emotiva conmemoración

Para este próximo domingo se han organizado una serie de actos que conmemoran la tragedia. De hecho, en las diferentes eucaristías del fin de semana habrá emotiva rememoración. El domingo por la tarde, a las 17 horas, se repetirá el mismo viacrucis que se llevó a cabo aquel 31 de marzo del que se cumplen 175 años. Cuando se llegue a la cuarta estación, en el mismo lugar del derrumbamiento, habrá un parón con parlamentos para homenajear a las víctimas. Se anuncian reflexiones escritas para la ocasión por mosén Bartomeu Bennàssar Vicens.

Lápida del primer centenario. J.R.

Al mismo tiempo esa misma tarde del domingo se pondrá a la venta una publicación especial que recuerda los hechos, titulada 31 de març, preparada por la archivera e historiadora local Maria del Carme Pino Obrador y Francesc Sánchez García, con recaudación para las obras de mantenimiento y mejora del convento.

El rector, Josep Cerdà, también detalla que participarán las cofradías de Semana Santa y, a su vez, habrá protagonismo del paso viviente, la Dolorosa de l'Enterrossall, las vexil·les y ofrenda floral a los pies de la lápida. Hay expectación y se espera que acuda un elevado número de personas, de todas las edades y de múltiples procedencias. Un evento singular.