El entierro de la sardina de Pòrtol finiquitó ayer el desenfreno del Carnaval para dar paso a la cuaresma. Este año, esta tradición ha cumplido sus bodas de plata en la localidad de Marratxí. Era el 23 de febrero de 1993 cuando, organizado por la asociación de la tercera edad Es Turó, se puso en marcha este acontecimiento, siendo la primera sardina obra del artista residente en Pòrtol Alexanco.

Desde el año 2014 los componentes del Casal Jove son los responsables de llevar la sardina a hombros. Cada año su protagonismo ha aumentado junto el de la asociación de Joves Majors Es Garrovers. En la edición de este año los jóvenes han sido los responsables de la confección de la sardina, mientras que los mayores de Es Turó prepararon las sardinas que se repartieron al finalizar el recorrido fúnebre en la Plaça de Can Flor, donde tuvo lugar la incineración de la sardina con los acordes del toque de silencio, una vez finalizados los parlamentos de rigor.

La fiesta se inició por la mañana, cuando se prepararon los 75 kilos de sardinas que se consumieron por la noche, cantidad que está muy lejos de los 112 kilos que se sirvieron en 2011.

Como en todas las anteriores ediciones las casa mortuoria estaba ubicada en el local social el club Es Turó, en la calle de Ca Ses Monges de Pòrtol, lugar de concentración de la comitiva fúnebre, con las autoridades locales incluidas. A las seis de la tarde salió la marcha con el acompañamiento de la banda de música, que encabezaba el desfile interprentado marchas fúnebres.

La sardina, acompañada por las autoridades religiosas, era portada a hombros, iniciando el recorrido por las calles de la localidad y seguida por los componentes del Consistorio y las tradicionales plañideras que no pararon de lamentar la pérdida de la sardina a lo largo del recorrido.

El viento no fue obstáculo para la asistencia de público, tanto en la procesión como en las aceras por donde transcurría la misma.

Una vez efectuado el recorrido tradicional con final en la Plaça de Can Flor, la sardina fue incinerada entre los llantos de los enlutados, para seguidamente proceder al reparto de las sardinas, La fiesta que simboliza el final del Carnaval finalizó con una 'ballada popular' en la misma plaza. Como en el pasado año, el Consistorio puso a disposición del resto de núcleos de población autocares para que los 'marratxiners' que así lo desearan pudieran asistir al acto fácilmente.