Poco más de un año después de llegar a la alcaldía de Manacor, el alcalde Pedro Rosselló (PP) presidió ayer uno de los plenos ordinarios más tensos de los que lleva de mandato, un pleno en el que él fue protagonista ya que se planteaba un aumento de su sueldo. La medida salió adelante gracias a los votos a favor de los partidos aliados que en su día lograron auparle a la alcaldía a través de una moción de censura: El Pi y AIPC. Con la actualización salarial aprobada, Rosselló pasará a cobrar 49.000 euros brutos al año, cuando antes percibía 36.000, lo que supone un aumento del 36,1%.

Antes del pleno tuvo lugar una cacerolada delante del Ayuntamiento, en la que unas 70 personas protestaron contra la subida salarial del primer edil. Después, este grupo trasladó su reivindicación al interior del salón plenario, llegando a interrumpir el debate con gritos de indignación en contra de la medida.

El gobierno municipal defendió la actualización con el argumento de que era necesario revisar estos emolumentos para la máxima autoridad política de un municipio con las dimensiones de Manacor, en torno a los 40.000 habitantes.

La concejal de Hacienda, Maria Antònia Sansó, enumeró con detalle los casos de municipios de dimensiones parecidas y de más pequeños que Manacor en que el alcalde cobra más que en la capital de Llevant. Arguyó, además, que este aumento se sitúa dentro del baremo fijado por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).

El concejal de Volem Manacor, Carles Grimalt, se opuso a la medida con vehemencia, asegurando que el gobierno municipal no ha dado un solo motivo para justificar la subida, más allá de la comparación con los alcaldes de otros municipios. "Aún entendería la medida si Manacor fuese un municipio ideal, perfecto, donde todo va bien, pero no es el caso", aseveró Grimalt. En un tono muy similar, se expresó la portavoz socialista, Amanda Fernández. La representante del PSIB-PSOE aseguró que el actual es un momento "inoportuno", dado que la ciudadanía aún está sufriendo los efectos de la crisis económica. Añadió que el alcalde de Inca, un municipio parecido a Manacor en número de habitantes, percibe menos de 40.000 euros de sueldo. No fueron menos contundentes los políticos de Més-Esquerra. El edil Joan Llodrà recordó que los funcionarios municipales del término llevan años con el sueldo "congelado o reducido", lo que, en su opinión, hace todavía más flagrante la subida salarial aprobada ayer para el alcalde Rosselló. El equipo de gobierno intentó contrarrestar todos estos argumentos y críticas con una alusión a las dietas "excesivas" de Miquel Oliver (Més-Esquerra) antes de la moción de censura, ya que, según la edil Sansó, llegó a pasar una lista de casi dos mil kilómetros en concepto de gastos de desplazamiento en el ejercicio de sus funciones cuando era alcalde.

El aludido aseguró que esos trayectos se realizaron por motivos de trabajo durante los meses en que fue la máxima autoridad municipal. A pesar la polémica, la subida salarial de Rosselló se aprobó gracias a los votos del PP, AIPC, y El Pi. PSOE, Més-Esquerra y Volem votaron en contra. El sueldo del alcalde quedó fijado en 49.000 euros brutos al año, cantidad que también cobrará Cati Riera (El Pi) cuando le toque ser alcaldesa en virtud del acuerdo de gobierno.