Pedro Serra es un hombre enamorado de su trabajo, nos recibe en su taller, acompañado de su hijo Juan, que está estudiando ingeniería industrial y espera aportar su grano de arena en la mejora de los trabajos cotidianos del campo mallorquín.

Esta totalmente orgulloso de ser la tercera generación que regente este taller mecánico de Santa Maria, el cual tiene el honor de ser el pionero e inventor de una de las maquinas que han revolucionado los campos de las islas y de España como es la recolectora, peladora y envasadora de almendras al mismo tiempo.

„¿Cómo fueron sus inicios en el mundo de la mecánica?

„Fui a la escuela hasta los 14 ó 15 años, como normalmente ocurría con todos los niños de mi edad, y a partir de la adolescencia me puse a trabajar de mecánico junto a mi padre.

„¿Que le impulso a crear la máquina para recoger almendras?

„Cortejaba a la que ahora es mi mujer en la finca de d´Arboçar. Allí entré en contacto con las tareas agrícolas y me di cuenta de las dificultades que suponía la recolección de la almendra: extender las telas, moverlas de un lugar a otro, golpear los almendros con varas y cañas para recoger los frutos, llenar los sacos a pie del almendro, transportarlos, pelarlas, etc.

„¿Y cómo era la primera máquina?

„Dado mis conocimientos de mecánica, pensé en hacer una combinación de máquina hidráulica y mecánica, para mover el almendro y que así las almendras cayeran.

Pensé en una máquina que agarrara el árbol y que transmitiera una frecuencia de vibraciones al tronco, al mismo tiempo acoplé las telas a la máquina, en forma de abanico, para que recogiera fácilmente las almendras.

El fruto caía dentro de las telas, de aquí pasaba al interior de la máquina, que con unos rodillos las pelaba, y seguidamente llenaba los sacos que los operarios solo tenían que cargar en el tractor. Las almendras salían listas para llevarlas a la máquina de partirlas y para elegir el grano.

„¿En que año construyó la primera recogedora de almendras?

„La primera máquina la construí en el año 1973 y obtuve la patente en el año 1978 .

„¿Fue difícil la introducción de la máquina en el campo mallorquín?

„Sí, tuve que luchar contra las personas que consideraban que las vibraciones y el mover el almendro lo dañaba el árbol, cuando era todo contrario ya que movía la tierra de las raíces y favorecía el esponjamiento. Muchas personas que en un principio estaba en contra, al final llegaron a comprar una.

„¿Qué representó la introducción de esta máquina en el campo mallorquín?

„Fue una innovación, con la cual cambiamos la filosofía del cultivo del almendro; la manera de podar los árboles, así como su alineación en el campo. Todo ello fue necesario para facilitar el trabajo de la máquina y al tiempo el del mismo explotador de la finca.

„¿Cuántas máquinas fabrica anualmente?

„Hacemos una media de diez máquinas al año, cada una de ellas adaptada a las necesidades de nuestro cliente. Son máquinas a medida, haciendo un símil de moda.

„Seguramente se ha ido mejorando la máquina construida en el año 1973...

„Sí, hemos ido introduciendo cambios que han hecho evolucionar la máquina. Ahora tenemos una que únicamente se tiene que conducir y pasa entre los almendros, sin pararse, ya que es autopropulsada. Recoge las almendras con una frecuencia de seis a siete arboles por minuto.

„¿Trabaja en otros proyectos?

„Sí, concretamente en unas maquinas que sirvan para la recolección de las aceitunas e igualmente para la vendimia.

El funcionamiento recolector de la máquina, en lugar de ser por vibraciones, como es el caso de la recogedora de almendras, se basa en una serie de latigazos, la máquina pega a los arboles o arbustos y el fruto cae directamente en la misma.

„¿En la península también se construyen máquinas de este tipo?

„Sí pero todas tienen la base de la nuestra, con algunas modificaciones, nosotros fuimos los primeros del Estado y tenemos la patente española.