La historia del colegio público Ses Roques de Caimari es un ejemplo de las dificultades que sufren las escuelas de pueblos pequeños, que se enfrentan a la escasez de alumnos y, en ocasiones, también a los prejuicios de padres que prefieren que sus hijos estudien en centros más grandes. La escuela de Caimari, que tuvo un primer precedente en la calle de ca s´Hereu a principios del siglo veinte, llegó a cerrar entre 1970 y 1978 por la escasa matriculación de niños. Después reabrió y se consolidó gracias en gran parte a la implicación de los padres, que en 1985 sacaron horas de su tiempo libre para arreglar el patio. La implicación de los asociación de padres y madres de alumnos continúa vigente hoy en día, tomando parte activa en la organización de fiestas. También a la hora de reivindicar una ampliación de las instalaciones educativas. El colegio carece de comedor y los alumnos se ven obligados a desplazarse al del polideportivo municipal. Otra reclamación consiste en la cobertura del patio para permitir que los niños estén fuera cuando llueve. La conselleria de Educación trabaja en la actualidad en un proyecto para mejorar las instalaciones.