El ayuntamiento de Felanitx está estudiando comprar la histórica plaza de toros de La Macarena, situada en pleno centro de la ciudad, "dado el valor simbólico que supone para nuestra gente". "Está claro que un día u otro los propietarios no van a poder asumir el coste que supone realizar tan sólo una corrida al año y en cambio mantener la instalación en óptimas condiciones", aseveró ayer a este periódico la alcaldesa Catalina Soler (PP).

La empresa que se encarga del mantenimiento anual de la plaza, Edificaciones Obrador, lleva gastados ya 7.000 euros en lo que va de 2008 para adecentar la fachada y algunas puertas y tablones carcomidos. "Hay que entender que lo recaudado no compensa los gastos de tenerla inactiva", admitió Soler.

Aunque no se ha hablado en ningún momento en términos económicos con el propietario de La Macarena, el empresario barcelonés Pedro Balañà, éste sí ha mostrado, según los encargados de la plaza, un cierto desinterés a la hora de organizar directamente los festejos.

De hecho, aunque Balañà sea el propietario de todas las plazas de toros mallorquinas, excepto la de Inca y Alcúdia, él no explota directamente la fiesta. Esa tarea corre a cargo de Antonio García ´Matilla´, quien se limitó a asegurar que el ruedo felanitxer está en perfectas condiciones y que todo está listo para que se celebre, como cada agosto durante las fiestas patronales de Sant Agustí, una novillada sin caballos.

Estos comentarios vienen referidos a los rumores que durante el último mes y medio han planeado por el Consell de Mallorca sobre el futuro de las celebraciones en la localidad. "Sé que ha habido contactos con la dirección general de Interior y el propietario, a mí no se me ha notificado nada más que la seguridad de que todo está en condiciones".

Sin licencia de actividades

Pero la plaza de toros de La Macarena continúa sin licencia de actividades, pese a que este extremo no ha impedido que se les hayan ido concediendo lo que se llaman permisos temporales. Sólo Palma y Alcúdia disfrutan de ella toda la temporada. Según se insinúa desde la dirección de actividades clasificadas del Consell, el problema radica este año en la dificultad para que los ingenieros competentes se decidan a dar el visto bueno a la seguridad de la infraestructura. "Lo que no se puede es jugar con la salud de las personas que debieran ir allí para disfrutar". Y máxime cuando este mes entra en vigor la obligatoriedad de eliminar cualquier barrera arquitectónica de recintos para espectáculos.

"El responsable en estos asuntos es Interior, y precisamente con ellos y el propietario tuvimos una reunión hace un mes, para aclararles lo que desconocían, y es que la plaza ha sufrido una continua mejora durante estas pasadas temporadas", reiteró Soler, quien finiquitó que habrá toros en verano "con total seguridad".