Finaliza la limpieza de grafitis de una parte del muro del convento de Santa Magdalena

El hotelero impulsor de esta iniciativa hará un llamamiento público la próxima semana para borrar las pintadas de la pared que da a La Rambla

El Ayuntamiento y el Consell se coordinarán para agilizar la respuesta contra el vandalismo en edificios protegidos

El muro del convento que da a La Misericòrdia ya está libre de pintadas vandálicas.  | GUILLEM BOSCH

El muro del convento que da a La Misericòrdia ya está libre de pintadas vandálicas. | GUILLEM BOSCH / jaume bauzà. palma

Jaume Bauzà

Jaume Bauzà

La parte del muro del convento de Santa Magdalena que discurre en paralelo a La Misericòrdia ha recuperado su esplendor después de semanas de trabajo para limpiar los grafitis que lo ensuciaban. Sobre uno de los paneles ahora libre de pintadas vandálicas cuelga una sucesión de fotografías que ilustran el «antes y después» de la superficie. Próximamente arrancará la segunda fase que consistirá en la limpieza del muro que da a La Rambla, repleto de grafitis.

La iniciativa, liderada por la Fundación Forteza-Rey, cuenta con el asesoramiento de ARCA y del maestro restaurador Pere Terrasa. El hotelero Josep Forteza-Rey tiene previsto hacer un llamamiento público la próxima semana para pedir la colaboración económica de otros hoteleros de Palma y de la ciudadanía en general para sufragar la limpieza de la parte del muro que discurre en paralelo a La Rambla.

Un cartel advierte de que es un edificio protegido.

Un cartel advierte de que es un edificio protegido. / GUILLEM BOSCH

Sobre la pared ya libre de pintadas vandálicas cuelgan varios carteles que recuerdan que el convento está catalogado como Bien Histórico y cuenta con el máximo grado de protección urbanística, por lo que pide «respetar sus muros».

La Fundación se comprometió ante las monjas a hacerse cargo de la gestión y financiación de la limpieza, que en esta primera fase se ha centrado en los dieciséis paneles que se levantan a lo largo de la Costa de la Sang. «Es un proceso lento y complicado porque la pintura penetra en el marés. Los muros están protegidos, así que para limpiarla tenemos que ir con mucho cuidado de no causar ningún perjuicio», subrayó Forteza-Rey a principios de julio, poco después de que hubieran empezado los trabajos de limpieza.

«Me he implicado porque lo que está sucediendo en el centro de Palma con las pintadas es una salvajada. Más aún en el caso de un convento que tiene más de setecientos años de historia», añadió el empresario en referencia a una problemática generalizada en la ciudad.

La parte que da a La Rambla está completamente vandalizada.

La parte que da a La Rambla está completamente vandalizada. / GUILLEM BOSCH

Forteza-Rey buscará ahora la complicidad de otros patrocinadores para completar la limpieza de todo el perímetro, con la esperanza de que los vándalos respeten la parte ya limpia.

Un nuevo protocolo

Ambas administraciones quieren «establecer un sistema que agilice la tramitación y las autorizaciones para intervenir en los edificios protegidos respetando, en todo momento, los materiales y la idiosincrasia de los edificios históricos de la ciudad».

Hasta ahora, el permiso para realizar estos trabajos se solicitaba de manera individual a medida que se iban programando. Este sistema «generaba retrasos» en las actuaciones que, esperan Cort y el Consell, se puedan reducir.

En la reunión participaron el regidor de Medio Ambiente y presidente de Emaya, Llorenc Bauzá; la edil de Infraestructuras, Belén Soto; el concejal de Seguridad y Civismo, Miquel Busquets; la vicepresidenta del Consell, Antònia Roca; y el director insular de Patrimonio, Ramón Martín.

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