Estas son las claves para no perderse nada de la visita a las terrazas de Santa Eulàlia en Palma

Hay 13 paneles informativos distintos sobre la historia de la construcción de una de las iglesias góticas más importantes de la ciudad

VÍDEO | Así son las espectaculares terrazas de la iglesia de Santa Eulàlia en Palma

Redacción

DM

 Durante el recorrido por la parroquia de Santa Eulàlia de Palma, que se ha retomado este mes de abril, puede verse desde el interior del templo, incluidas todas sus capillas, hasta las terrazas superiores, que ofrecen una panorámica sobre todo el casco antiguo de Ciutat.

La iglesia está ubicada en el corazón de la antigua Madina Mayurqa, la ciudad islámica anterior a la conquista de 1229. La parroquia disponía de una cantera propia de marès en sa Porrassa (Calvià).

El ábside de Santa Eulàlia forma cinco capillas, detrás del coro y el altar mayor. Se trata de la zona más antigua del templo, levantada entre 1230 y 1256.

A las terrazas se sube por la escalera de caracol. En ellas, pueden observarse varios tornos de madera, que eran usados para subir y bajar las lámparas de la iglesia.

Los pináculos son elementos muy llamativos de este templo. Rematan los contrafuertes. En 2005 un temporal afectó a una de estas piezas constructivas, que tuvo que ser restaurada.

Desde Santa Eulàlia, es posible contemplar la basílica de Sant Francesc y también algunas torres que se levantan sobre algunas casa de Ciutat. Estas construcciones eran empleadas por los mercaderes del puerto para que desde su propia casa pudieran vigilar la entrada y la salida de sus barcos en la bahía.

Durante la visita llaman también la atención los grandes ventanales de arcos apuntados y sus vitrales de colores, así como los arbotantes que ayudan a dispersar la fuerza que efectúan las elevadas paredes de la nave hacia el exterior. Las gárgolas también merecen toda la atención del visitante, al igual que el campanario, de momento cerrado pero que a partir de mayo podrá visitarse en fechas concretas y en visita comentada.

Desde las alturas del templo puede disfrutarse por último de una interesante vista sobre la plaza de Santa Eulàlia, que acogía el tradicional mercado de verduras. A finales del siglo XIX se trasladó a la plaza Mayor.