El ‘boom’ de la ruta del llonguet: 4.500 diarios

Los treinta hornos de Palma ofrecieron ayer su última oferta del pan autóctono

José Hila comiendo llonguets en el forn Sant Cristo

José Hila comiendo llonguets en el forn Sant Cristo / M. Aloy

Martí Aloy

Punto y final a la Ruta del Llonguet, que ha celebrado su octava edición durante los meses de octubre a diciembre. La participación de treinta hornos de toda Palma ha sido crucial durante estos meses para crear un ecosistema común donde convivían turistas y vecinos amantes de los bocadillos autóctonos.

En esta ruta cada miércoles servían un menú de precio cerrado (3,75 euros) e incluían un llonguet y una bebida. La iniciativa es una colaboración publico-privada que une al Ajuntament con el sector de la hostelería desde hace ya más de un lustro. 

La media de ventas durante los dos meses que ha durado la ruta ha sido de 4.500 llonguets por día. «Una muestra más de que nuestro producto local interesa a la ciudadanía y está de moda», aseguró ayer el alcalde de Palma, José Hila.

 Añadió también que: “Ha sido tanto un éxito de participación de negocios como un éxito de clientes», dijo el máximo responsable de Cort. 

Hila, junto al presidente de l'Associació de Forners i Passtissers de Balears, Pep Magraner, visitaron ayer junto a varios responsables municipales tres de los hornos más emblemáticos de la ciudad para deleitarse con una estupenda merienda.

 La ruta del Llonguet no se detuvo ni durante la pandemia del 2020, ya que era una de las medidas permitidas por el Govern. La ruta está enfocada a que «la gente pueda conocer los hornos de Palma que elaboran llonguets», admitió Magraner. 

El presidente, en nombre de todos los hosteleros y compañeros de la asociación aseguró: «Para el sector se han conseguido los objetivos previstos y estamos muy contentos con el trabajo realizado». Asimismo, la asociación ha contabilizado un significativo aumento de las ventas: desde el año 2016 se han multiplicado por veinte los llonguets despachados.

La génesis de la visita se dio en el Forn de Santo Cristo, ubicado en la Plaza del Marqués del Palmer y que lleva abierto desde el año 1910. Un variado de llonguets de queso, jamón, sobrasada y de salmón iniciaron la ruta, que contaba con un ambiente especial por ser el último día del que se podía disfrutar de la oferta. Tanto turistas como vecinos de la zona no dudaron en bajar a los comercios para dar un bocado al típico pan local.  

Posteriormente, fue el turno de la Passtisseria Ca Na Cati, donde la misma dueña del establecimiento recibió con los brazos abiertos y con una bandeja repleta de llonguets al alcalde. La familiaridad y la cercanía es otro de los puntos importantes a destacar en este tipo de iniciativas y la mayor parte de los negocios la cumplen al ser locales de mucha antigüedad . 

La ruta finalizó alrededor de las 12:30 en el Forn Fondo, el último de los tres hornos y en el que se encontraban varios turistas disfrutando del último miércoles de ruta. Al estar ubicados en sitios tan céntricos y junto al clima local, la concurrencia de personas aumentó considerablemente.

«La ruta ha abarcado llonguets de distintos tipos y calidades haciendo destacar a unos por encima de otros», apuntó el presidente. 

El alcalde, para finalizar, dejó un mensaje para los amantes de los llonguets: «Es un orgullo para nosotros apoyar el producto local y habrá más ediciones porque es una iniciativa que ya está consolidada y que funciona muy bien».