«Como perros en alcantarillas». Durante más de 85 años. No es de extrañar que el tradicional homenaje a las víctimas del franquismo, que se celebra todos los años en el Mur de la Memòria, fuese ayer mucho más emotivo, sentido y sobre todo más concurrido de lo normal.

Más de un centenar de personas, entre ellas muchos familiares de víctimas de la represión fascista, acudieron ayer al acto de la asociación Memòria de Mallorca. El tiempo se paró durante unos minutos para reivindicar el legado de las 1.600 víctimas, y por primera vez en la historia, los descendientes de las ‘Roges des Molinar’ pudieron conmemorar este Tots Sants desprendidos de una dolorosa incógnita: dónde estaban los restos de sus familiares. Sus cuerpos fueron hallados hace menos de un mes en la fosa de Son Coletes de Manacor.

«Por fin podremos darles una sepultura digna, porque hasta ahora han estado como perros en alcantarillas», manifestó Antònia Amengual Picornell, la nieta del hermano de Aurora Picornell. Visiblemente emocionada, agradeció «las muestras de respeto y cariño» y aseguró que para sus familiares es «muy importante» ver la «solidaridad hacia las víctimas de esa masacre». Según explicó, su madre, que tenía cuatro años cuando fusilaron a Aurora, ha cumplido con 91 años su mayor deseo, hallar los restos de su tía.

La sepultura: «Aurora tiene que ser del pueblo»

Con la misma emoción y con lágrimas contenidas se expresó el sobrino nieto de Aurora Picornell, Miguel Tortella: «Aurora tiene que ser del pueblo», contestó a las preguntas sobre los restos de la ‘Pasionaria de Mallorca’. Sus descendientes todavía no han decidido qué se hará con su cuerpo, pero tienen claro, según Tortella, que sea como sea, «la familia no monopolizará a Aurora». Sobre su infancia, el sobrino nieto de la comunista señaló que la incógnita sobre la sindicalista «era un tema tabú en casa», por lo que la «satisfacción» y la «alegría» les invadió al recibir la noticia del hallazgo.

En la ofrenda floral también estuvieron presentes los familiares de Maria Vaquer Moll, natural de Capdepera y reconocida figura socialista durante la Segunda República Española, y su marido, Serafí Nebot Pascual. La hija de ambos, Magdalena Nebot Vaquer, que quedó huérfana a los tres años, confesó la «inmensa alegría» que le produjo el homenaje: «No se merecían lo que les pasó. En esa época, eran los únicos que tenían la cabeza sobre los hombros, querían democracia para todos», expresó, conmovida.

«Las políticas de memoria democrática funcionan»

Para el vicepresidente del Govern, Juan Pedro Yllanes, el éxito del concurrido homenaje y la posterior ofrenda floral «es una demostración de que las políticas de memoria democrática funcionan». El conseller fue contundente y dejó un mensaje muy claro: «Buscamos la verdad, la justicia, la reparación y sobre todo la no repetición de actos como este».

El Govern está a la espera de la decisión de la familia sobre los restos de Aurora Picornell. Según adelantó ayer Yllanes, se prevé darle sepultura alrededor del 5 de enero, el aniversario de su asesinato a manos de los franquistas.