Los vecinos del palmesano barrio de ses Veles han presentado una batería de alegaciones contra la construcción de dos edificios de viviendas de siete plantas en la antigua sede de Emaya de la calle Joan Maragall, la última construcción de la primera línea de la fachada marítima de Palma desarrollada en solo dos alturas.
El nuevo Plan General de Ciutat, cuyo plazo de alegaciones finalizó el pasado 15 de febrero, permite construir en el citado solar, que posee una superficie total de 6.200 metros cuadrados y pertenece a Endesa, dos nuevos edificios de siete plantas aprovechando casi toda la profundidad del emplazamiento. La nueva edificabilidad es fruto del acuerdo de enero de 2021 que Cort alcanzó con Endesa y que acabó con una década de litigios en la fachada marítima.
El primer edificio, con forma cuadrangular y fachada principal en Joan Maragall, transcurre paralelo a la calle Tomàs Forteza, con un pequeño retranqueo en primera línea con respecto a la vieja edificación de Emaya.
El segundo, también de siete alturas y fachada principal también en Joan Maragall, otorga más superficie a las dos primeras plantas y sobre ellas levanta un cubo con cinco plantas más, limitando por un costado con primer bloque antes citado y por el otro con la fachada posterior de las viviendas militares que diseñó José Ferragut en las Avingudes.
Según explica Marisa Núñez, portavoz de la Asociación de Vecinos del barrio de ses Veles, dos circunstancias llaman la atención de los vecinos sobre la nueva edificabilidad que Cort establece en el nuevo Plan General, además de acabar con las vistas de los vecinos de Tomàs Forteza, ensombrecer sus calles y viviendas y cegar completamente los ventanales abiertos a la primera línea del edifico posterior ubicado en los números 4 y 4A de la calle Josep Rover Motta. En primer lugar que se permitan volúmenes de siete plantas en una calle estrecha como la de Tomàs Forterza y no cuatro. Y en segundo lugar que se establezca una cercanía tan grande entre dos edificios aislados sin ninguna calle de separación, circunstancia que Cort resuelve abriendo una nueva vía entre la parte posterior del edificio de Emaya y la zona comunitaria de uso privativo del mencionado inmueble de la calle José Rover Motta, hoy de menos de cinco metros y medio de amplitud.
En sus alegaciones, los vecinos señalan que el plan del Ayuntamiento de Palma supone «un grave perjuicio para las viviendas existentes alrededor de los nuevos edificios previstos». Y en concreto para los del edificio de José Rover Motta 4 y 4A, así como para los vecinos de los inmuebles ubicados en los números 59, 61, 61A y 63 de Tomàs Forteza. Y afirman que la propuesta municipal priva a una gran parte de las viviendas existentes de unas condiciones dignas de luz natural, privacidad y vistas y condenan a una gran parte de familias a reducir drásticamente su actual calidad de vida.
LAS PROPUESTAS ALTERNATIVAS DE LOS VECINOS DEL BARRIO DE SES VELES
En las alegaciones al Plan General de Palma, los vecinos del barrio de Ses Veles presentan tres propuestas alternativas que, respetando la misma edificabilidad permitida por Cort ofrecen una condiciones de distribución del espacio, privacidad y vistas que consideran "más solidarias con respecto a los edificios que circundan la parcela", diseñadas por el arquitecto Jaime Crespí. "Posibles soluciones que sin perjudicar los intereses de los promotores, garantizan unas condiciones dignas de luz natural, privacidad y vistas al entorno a las viviendas existentes".
