El tanque de tormentas con el que Emaya espera reducir un 90% de los vertidos en Can Pere Antoni y Ciutat Jardí estará finalizado el próximo abril, por lo que en el verano de 2022 ya estará en funcionamiento y evitará que cuando llueva el agua sucia llegue al mar.

Este depósito, con una capacidad de 50.000 metros cúbicos, se está construyendo en el mismo lugar donde se levantará la nueva depuradora, que sustituirá a la del Coll d'en Rabassa. Dividido en cuatro compartimentos, el tanque de tormentas recogerá el agua de lluvia y evitará que se desborde al mar sin tratar, como ocurre actualmente.

En estos momentos se está cubriendo ya uno de los cuatro compartimentos y se avanza con el cerramiento del resto del tanque. Ramon Perpinyà, presidente de Emaya, ha confirmado este martes, durante una visita a las obras, que esta nueva infraestructura estará finalizada la próxima primavera, en abril, por lo que el próximo verano los vertidos que se producen cada vez que llueve en Can Pere Antoni y Ciutat Jardí se podrán evitar en su mayoría.

Respecto a Cala Major, donde también se producen vertidos, aunque menos, Perpinyà ha informado que también está prevista una mejora de la estación de impulso de esa zona para evitar estos problemas.

La visita de obras ha contado con la asistencia del alcalde de Palma, José Hila, la delegada del Gobierno, Aina Calvo, y el conseller de Medio Ambiente, Miquel Mir. Todos ellos han destacado la importancia del acuerdo interinstitucional al que se ha llegado para construir la futura depuradora, con un coste de 131 millones de euros, que será financiada en un 80% por el Estado y en un 20% por el Govern, a través del canon de saneamiento.

Precisamente este martes, el consejo de administración de Emaya ha aprobado la firma del convenio con Aguas de las cuencas de España SA (ACUAES) para financiar, ejecutar y explotar la nueva depuradora de Palma.

Esta nueva planta de tratamiento de aguas, que estará junto al tanque de tormentas, entrará en funcionamiento entre el año 2025 y 2026 y sustituirá a la EDAR II, que data de los años 70 y se ha quedado pequeña y obsoleta para afrontar en incremento poblacional de Palma y la llegada de turistas.

Además, según ha informado Emaya, se está tramitando un anteproyecto para construir un nuevo emisario submarino, pendiente de la declaración de impacto ambiental. La empresa municipal presentó alegaciones con el objetivo de que este emisario supere la zona de posidonia, más allá de los 30 metros de profundidad. Este proyecto será una adenda del convenio firmado este miércoles sobre la depuradora.