Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los vecinos de El Vivero recuperan a su añorado policía de barrio

El veterano Gaspar Moll es uno de los 55 agentes que han retomado el contacto directo con las diferentes entidades vecinales, los centros escolares y de salud desde este mes de febrero

Los vecinos de El Vivero recuperar a Gaspar Moll, su añorado policía de barrio

Los vecinos de El Vivero recuperar a Gaspar Moll, su añorado policía de barrio Guillem Bosch

Para ver este vídeo suscríbete a Diario de Mallorca o inicia sesión si ya eres suscriptor.

Los vecinos de El Vivero recuperar a Gaspar Moll, su añorado policía de barrio Montse Terrasa

Gaspar Moll Fontirroig conoce bien El Vivero, donde es su policía de barrio. Quedamos con él, con el jefe del cuerpo policial, José Luis Carque, y con la regidora de Seguridad Ciudadana, Joana Maria Adrover, en la plaza de la parroquia de Crist Rei, una mañana, pero la charla se ve interrumpida cuando un conductor le avisa de que a 200 metros una señora mayor se ha caído en la calle. Moll y Carque acuden a ayudarla.

Gaspar es uno de los 55 policías de barrio que a partir de este mes vuelven a encargarse del contacto directo con los vecinos, con los centros escolares y los de salud de 86 barriadas de Palma. Algo que este agente ya había hecho durante unos ocho años en este mismo barrio, función que ahora retoma, liberado de otros servicios.

En su día a día se encuentra con quejas por ruido, por los perros, por la música, por los coches abandonados y «poca cosa más», comenta este policía, con 33 años de veteranía, satisfecho por el barrio que tiene que cubrir, un área delimitada por las calles Mestre Perosi, Camí Salard, Aragó y el torrente que hace frontera con Marratxí. «Me gusta esta zona, es tranquila, está dentro de Palma y fuera. La gente mayor aún dice: ‘voy a Palma’, cuando van al centro», comenta.

El Vivero es un barrio residencial, donde no hay muchos negocios, aunque sí bares. Las horas de entrada y salida de los colegios son las más complicadas, ya que hay cuatro centros en un área relativamente pequeña. «Sant Pere, donde vienen mil y pico alumnos, Juan de la Cierva, La Consolació y el colegio público de El Vivero», menciona Moll.

Una figura demandada

Tras haber atendido a la vecina accidentada, de camino al centro de salud, Gaspar se cruza con Rafel García, presidente de la asociación de vecinos del Rafal-Vivero Es Molí. «Es un guardia que conoce la idiosincrasia de por aquí, conoce a casi todos los vecinos y ante cualquier pega se pone en contacto contigo... Es un policía muy cercano», valora este vecino. «A ver si entre todos, solucionamos esta cuestión del policía de barrio, que hacía falta», añade García.

La recuperación de esta figura policial ha sido una demanda constante de los ciudadanos, confirma José Luis Carque, quien pese a tener cercana ya la jubilación se decidió a venir a Palma en 2019 para impulsar este proyecto. «Esta policía de barrio ya existía. Ha habido varias razones, como la jubilación anticipada, necesaria para rejuvenecer la plantilla, además de ser un derecho laboral, la crisis que hubo... que han bajado los efectivos. Muchas razones hicieron que esta policía no estuviera activada. Lo que estamos haciendo es reactivándola», incide el jefe, quien destaca la experiencia de la mayoría: «Estos compañeros y compañeras me dan clases a mí de policía comunitaria, saben perfectamente lo que tienen que hacer».

Hasta ahora, por la falta de agentes, un policía como Moll no siempre podía estar pendiente del barrio asignado porque se le enviaba a otro tipo de tareas. «Esto es lo que estamos solucionando ahora mismo», explica Carque. «Los policías ya tienen nombre y apellidos, ya están desplegados», garantiza.

En breve, estos agentes tendrán activados los móviles y sus correos electrónicos con los que estar en contacto con la vecindad. El nuevo modelo de policía de barrio trabaja con unas mesas de distrito y unos consejos en los que están representados los vecinos. «A partir de ya mismo, estas mesas de trabajo van a ir diagnosticando la problemática del barrio y qué orden de prioridad tendrán las intervenciones», comenta el jefe de la Policía Local. «Lo que es urgente se hace y lo que es importante, se prioriza», resume el superior.

Los agentes como Gaspar harán labores de policía, pero su función principal es transmitir las necesidades del barrio. Será un primer eslabón de comunicación entre el vecindario y la Policía, «la cara del Ayuntamiento», comenta la regidora Adrover. Las demandas que le lleguen serán abordadas en mesas de distrito y se trasladarán a otras unidades de la Policía para su solución.

En El Vivero, «con la pandemia está todo más tranquilo», reconoce el presidente de los vecinos, quien considera que su barrio sigue siendo «una especie de pueblo». Las Cases de Son Ametler han dejado de ser un punto negro desde que se iniciaron las obras de rehabilitación, al igual que el viejo cine Iris, tapiado por completo.

Gaspar conoce bien el terreno que pisa, las escuelas, la asociación de vecinos, la de la tercera edad - «que como no tiene local, lo voy a ver a su casa»-, es un barrio muy tranquilo, «aunque siempre hay los cuatro conflictos entre vecinos».

Este policía coincide con García en que «hay menos problemas que antes» en el barrio. «No sé si la gente está más resignada, pero el asunto está más tranquilo en todos los aspectos», dice.

5

Los vecinos de El Vivero recuperan a su añorado policía de barrio

Proceso interno

Para poder reactivar la Policía de Barrio, el área de Seguridad Ciudadana ha tenido que cubrir vacantes y consolidar destino a 96 agentes, algo que en años anteriores no se pudo afrontar.

De los 55, 46 son nuevos policías de barrio. Y deben saber «cómo dirigirse a los vecinos, qué es lo que el Ayuntamiento espera de ellos y queremos que responsan a las necesidades de los vecinos», indica la regidora. En este punto, «queremos aprovechar el conocimiento de los buenos profesionales que tenemos ya en la Policía de Barrio, que saben muy bien cómo hacer su trabajo, para que les hagan de tutor y les enseñen», añade la concejala.

Adrover también advierte de una cosa, la reactivación del policía de barrio será paulatina, no se puede esperar un sistema «perfecto desde el primer momento». Por ahora, los 55 agentes ya han sido asignados a su zona y ahora se trata de ir consolidando fases.

La realidad «Zonas calientes» o «tranquilas», según cada barrio

No es lo mismo un barrio residencial sin zonas conflictivas que otro con mucha población y degradado. Como comenta el jefe de la Policía de Palma, hay «zonas calientes y zonas tranquilas». Y cada realidad es lo que se afrontará en las mesas de trabajo que se han formado. «En cada una vamos a intentar acercarnos a su idiosincrasia. Yo no doy órdenes idénticas para cada barrio», señala José Luis Carque. «Al revés, en esta pirámide invertida, los policías nos dicen qué necesidades reales tiene cada barrio y organizamos al resto de la policía. Efectivamente no es lo mismo una zona comercial no financiera que una zona residencial, que una zona residencial aleada del centro... varía mucho», añade el superior de la Policía.

En este modelo de policía de barrio va a contar también con la coordinación con la Policía Nacional, una relación «francamente buena», destaca Carque.

Compartir el artículo

stats