La covid-19 se ha cobrado una nueva víctima, en este caso un negocio emblemático de Palma. La tienda de Especias Crespí de la calle Sindicat ha cerrado sus puertas definitivamente. El local, como muchos otros, cesó su actividad a raíz de la pandemia, pero finalmente los propietarios han decidido no volver a levantar la barrera. "Realmente hemos continuado la actividad hasta el mes de marzo por una cuestión sentimental", explica Juan Velasco Bruckner, responsable de la empresa junto a su esposa, Coloma Crespí.

Los hermanos Jordi y Joan Crespí Ramis, junto a su padre Jordi Crespí Frontera, crearon Especias Crespí en 1945. Nacieron en Santa Maria, donde también tenían una tienda, pero se trasladaron a vivir a Palma con motivo de la creación de su empresa. De hecho, empezaron su actividad recorriendo Mallorca para vender pimentón y especias con las que elaborar sobrassada. La primera ubicación en Palma fue en la calle Can Vallori. Poco después, en 1952, se trasladaron al Sindicat, siendo uno de los negocios más antiguos hasta la fecha, con 68 años de historia. La botica fue reformada totalmente en 2005, con una estética más vanguardista.

El precio que actualmente pagaban de alquiler era de 4.000 euros al mes, pero el cierre no se debe a ninguna especulación económica de la propiedad. "Manteníamos la tienda no porque ganáramos más dinero, sino porque está vinculada a nosotros y nuestra historia. Ahora los tiempos han cambiado y hemos visto que el negocio que generábamos con la tienda del Sindicat lo estamos recuperando en las demás, especialmente en la parada del Mercat de l'Olivar y también con la del Mercat de Santa Catalina, además de la tienda del polígono de Son Castelló".

Velasco comenta que el Sindicat ha cambiado mucho. Antes había otra tienda como ellos, Especias Perelló, y todo eran empresas locales. "De hecho, la gente venía expresamente a Palma para comprar las especias para hacer sobrasada, mientras que ahora las especias son más fáciles de encontrar en otras tiendas y supermercados. Ahora, en esta calle está bien, hay un entorno mixto, en el que conviven franquicias, comercios tradicionales, tiendas de ropa, calzado, tecnología y restauración. Pese a que en esta calle céntrica pasa mucha gente, nuestros clientes potenciales se encuentran en el mercado al que acuden para comprar productos de alimentación".

El negocio continúa

Por otro lado, Especias Crespí presentó un concurso de acreedores el pasado mes de junio. "Seguimos adelante", remarca Juan Velasco. "Siempre hemos pagado las nóminas y las facturas, todo está al corriente. Preferimos tomar esta vía antes que cerrar el negocio. Ahora, un administrador concursal valida que todo se está haciendo correctamente, y pese a que la covid no nos está ayudando, el mercado y los clientes están reaccionando a favor nuestro", comenta el empresario.

De hecho, queda patente que su actividad continúa con el cultivo de las 32 hectáreas que tienen en Vilafranca, divididas en las fincas de Son Pou Nou y Aubadellet, donde han continuado sembrando el pimentón autóctono Tap de Quartí, pebre de cirereta, brócoli, plantas aromáticas (orégano, tomillo, albahaca, apio, cebollino, manzanilla), mostaza, safarnària, así como disponen de una plantación joven de almendros y otra de olivos, con la que tienen en mente elaborar aceites especiados.

Los planes de futuro no paran. De hecho, cuando el verano finalice presentarán la nueva versión Crespaella, una mezcla de especias especialmente pensada para el arroz, que será 100% ecológica y que estará compuesta por ingredientes principalmente sembrados en la isla por ellos mismos como tomate seco de ramellet, estragón y eneldo, entre otros productos. A todo ello, se une la reciente creación de la denominación de origen Pebre Bord de Mallorca, de la que Especias Crespí es una de las impulsoras.